Los gatos callejeros, esos grandes olvidados
El 20 de febrero se celebra el Día Internacional del Gato y es buen momento para recordar que los gatos callejeros son los grandes olvidados.
Los gatos callejeros son una realidad de nuestras localidades, forman parte de la fauna urbana y los solemos ver por las calles, vagabundeando y buscando comida. Suelen pasar desapercibidos y la gente se preocupa de ellos sólo cuando hay sobrepoblación y se empieza a generar un problema ambiental o sanitario.
Antes de que las calles se convirtieran en ciudades los gatos ya estaban ahí. Otros han sido introducidos por los humanos, bien porque los han abandonado a su suerte o bien porque se han escapado, y en la mayoría de los casos, al no estar esterilizados, tendieron a reproducirse.
Los Ayuntamientos suelen prohibir dar de comer a los gatos urbanos. En otras ocasiones los intentan eliminar de forma drástica, capturándolos para después sacrificarlos. Esta forma de actuar no hace otra cosa que agravar el problema, y a empeorar la situación. Por otro lado, el sacrificio de los gatos callejeros poco o nada tiene que ver con el bienestar animal que algunos de ellos propugnan.
Los gatos domésticos viven, en promedio, 12 años y, si están bien cuidados, pueden llegar hasta los 20 o más. Los gatos callejeros tienen una esperanza de vida que no llega ni a la mitad de la de los domésticos. El 50 % muere antes de llegar a los dos años y, como mucho, viven hasta los seis o los siete. Es lógico, si se considera que están expuestos a condiciones climáticas extremas, a un riesgo constante de caídas o atropellos y a la lucha por la supervivencia con otros ejemplares.
Como sociedad avanzada, y desde un punto de vista ético, deberíamos avergonzarnos de que estos animales malvivan en las calles, padezcan enfermedades y mueran muchas veces de inanición o envenenados.
La mayoría de las Ordenanzas Municipales prohíben expresamente alimentar a los animales abandonados en la vía pública, pero los gatos de calle no son animales de segunda, estamos en una época con otra sensibilidad. Nos tenemos que implicar procurándoles el mayor bienestar posible, y devolviéndoles la dignidad que otros humanos les arrebataron.
Afortunadamente, gracias al avance y a la creciente sensibilidad que la sociedad va mostrando hacia los animales, se han comenzado a implantar alternativas que implican un trato más ético y que evitan su captura y sacrificio. Hablamos del método CER (captura, esterilización y retorno), el método más efectivo para el control de las colonias felinas
El método CES surgió hace alrededor de 30 años en Reino Unido y Estados Unidos como método de control de la población felina en las calles, con el objetivo de mejorar la vida y la convivencia entre los gatos que viven al aire libre y los vecinos del entorno.
Las ventajas de utilizar este método para la gestión de las colonias de gatos son muchas y se han ido demostrando a lo largo de todos estos años, siendo aplicado cada vez por más ciudades.
Desgraciadamente, en Cantabria, son pocos todavía los Ayuntamientos que entienden los beneficios del método CER y lo ponen en marcha. En algunos, incluso, como ocurrió en el de Santander, la moción que pedía el reconocimiento de las colonias felinas controladas, fue objeto de todo tipo de burlas y de titulares jocosos. Nada nuevo en una ciudad que se niega a avanzar y que debería tomar ejemplo de otras como Laredo, Santoña, Comillas o Cabezón de la Sal por ejemplo.
Mientras la Administración se niega a implantar métodos éticos de control y convivencia, son los voluntarios los que siguen ocupándose una y otra vez de una tarea que debería ser obligatoria de los Ayuntamientos, alimentando y procurando los cuidados necesarios a esos gatos que sin ellos probablemente no hubiesen conseguido sobrevivir. Y lo triste, es que muchas veces, lo tienen que hacer a escondidas porque corren el riesgo de ser multados.
¿A qué esperan nuestros gobernantes para avanzar? ¿Tan poca sensibilidad tienen y tan poco les importan unos animales cuyo único error ha sido ser víctimas de algunos seres humanos insensibles?
Que el día del gato les sirva para reflexionar, avanzar y escuchar lo que un porcentaje cada vez mayor de la población reclama.
Como decía George Bernard Shaw “El hombre es civilizado en la medida que comprende a un gato”.