El IFCA coordina la participación española en el proyecto para crear una federación europea de recursos en la nube
El Instituto de Física de Cantabria (IFCA, centro mixto de la Universidad de Cantabria y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas-CSIC) está coordinando la participación de España en el proyecto EGI-ACE, financiado por la Comisión Europea con 8 millones de euros para poner en marcha un servicio de computación en la nube para la investigación científica. El objetivo es crear “una federación europea de recursos de computación en la nube, que permita que los 15 países que participan puedan interoperar recursos con los demás”, explica Isabel Campos, miembro del equipo del Grupo de Computación Avanzada y e-Ciencia del IFCA implicado en la iniciativa.
De la mano de la Fundación EGI (European Grid Initiative), el proyecto EGI-ACE tiene aplicaciones en diversas disciplinas de la ciencia: “por ejemplo, desde el IFCA damos soporte para hacer aplicaciones de inteligencia artificial y “deep learning”, o en la unificación de las bases de datos ecológicas de los ecosistemas de España y Portugal, de modo que las observaciones medioambientales -como la distribución de una especie animal- se puedan realizar en un marco geográfico y no estén limitadas por fronteras políticas. “Es lo que se llama ahora un “data space”, un espacio de datos en la nube en el que se utilizan herramientas de distribución”, señala. También se están utilizando los recursos de computación para un proyecto de imagen médica en colaboración con el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y el Hospital de Oviedo.
El proyecto arrancó el 1 de enero de 2021 y tendrá una duración de 30 meses, hasta mediados de 2023. Del total de financiación obtenida a través de la convocatoria Horizonte 2020, cerca de 900.000 euros están asignados a los socios españoles para dar apoyo a grupos científicos que quieren hacer computación en la nube, y “sobre todo se utiliza para contratar personal y formar a gente joven que quiera trabajar en este campo”, explica la investigadora del IFCA.
Las infraestructuras existentes –centros de datos, supercomputadores- y sus futuras ampliaciones son sufragadas por cada país. En el caso del IFCA, el equipo implicado en el proyecto está formado por cinco personas y se utilizan las máquinas de computación distribuida con que cuenta el centro, que aprovecha así una experiencia de larga trayectoria. “De toda la computación distribuida europea que se lleva desarrollando a lo largo de los últimos 10 años, la parte española se ha coordinado siempre desde el IFCA”, apunta Campos.
Se trata de la iniciativa IBERGRID, que pone a disposición de los investigadores la plataforma de computación EOSC, una federación de instalaciones y servicios de computación y almacenamiento en la nube, así como espacios de datos. Las instalaciones son el Centro de Supercomputación de Galicia (CESGA), el Laboratorio de Instrumentación y Física Experimental de Partículas (LIP), el CSIC y el INCD (Portuguese National Distributed Computing Infrastructure). La contribución de IBERGRID a EGI-ACE incluye además herramientas de federación y acceso a infraestructuras como la IM (Infraestructure Manager) y EC3 (Elastic Cloud Computing Clúster), desarrolladas por la Universidad Politécnica de Valencia, y servicios de plataforma orientados a atender las necesidades de aplicaciones de Deep y Machine Learning desarrollados por el CSIC.
Todos los servicios de IBERGRID son accesibles a través del Portal EOSC, un entorno integrado y accesible más allá de las fronteras. El proyecto prevé una serie de convocatorias abiertas (tres al año) para proveedores de infraestructuras adicionales y primeros adoptantes de infraestructuras en la nube.