«Hay gente que ve el tráfico de armas como un número de contenedores»
El tráfico de armas con rumbo a Arabia Saudí fue como conocimos a Ina Robles. Bombero, trabajador en el Puerto de Bilbao, que un buen día se negó a colaborar con una actividad que después tiene un reflejo cruel. El reflejo se produce en una guerra, en Yemen, donde se masacra a la población civil utilizando las armas que la naviera saudí Bahri carga en varios puertos del mundo. De hecho, cuando sufrieron la resistencia de personas como Robles o el colectivo ‘La guerra empieza aquí’ en Bilbao, desecharon esa escala para empezar a hacer parada en el Puerto de Santander.
Robles lamenta que «hay gente que ve el tráfico de armas como un número de contenedores», según dice en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM. Y añade que incluso los contenedores que llevan armas «los ven como los demás», que llevan otro tipo de materiales.
Apunta a personas que dirigen una Autoridad Portuaria, como pueda ser la de Bilbao o la de Santander. «Para el responsable del puerto es un punto a favor de su gestión cargar 20 o 30 contenedores más al año», cuando eso no significa un cambio para los operarios que trabajan en esa infraestructura. «Los trabajadores van a seguir trabajando igual», resalta. Y añade que es «un punto de vista bastante inhumano».
Pero el motivo de la entrevista es para hablar sobre el libro que ha escrito junto a Joan Solé sobre el activismo, contando varios casos concretos de lucha contra las injusticias que se producen en muchos rincones del plantea. Un libro que se llama ‘Faros en las tinieblas. El activismo que redime a la humanidad». El prólogo es de otro activista vasco, Hibai Arbide Aza, y Robles destaca que «es una joya, cualquier persona que lo lea no va a quedar indiferente».
El libro lo ha publicado la editorial ‘Séptima generación’. Su coautor destaca que ya debería de estar en los catálogos de la mayoría de las librerías, y han preferido que no se haga una distribución a través de grandes plataformas internaciones como Amazon, «por coherencia con la idea del libro».
El espíritu del libro nace del hecho de que «hay muchas cosas que nos amenazan, como puede ser el totalitarismo, el fascismo o el cambio climático». Pero se puede hacer cosas para impedir su avance. «Los problemas están ahí, existen, pero se pueden solucionar», explica. «Hay gente que hace cosas ilusionantes», añade.
Y es que Robles, aunque se haya hecho más conocido por su comportamiento en el Puerto de Bilbao, reivindica su larga trayectoria como activista. En el libro «se junta mi experiencia en el activismo, más de 15 años con Greenpeace, y por otro lado Joan Solé, que es un estudioso del activismo». En su opinión, «esa conjunción hace que el libro sea bastante redondo».
Cuentan varios casos a lo largo y ancho del mundo, destacando que ha habido «gente que ha muerto asesinada por su activismo, Berta Cáceres (activista hondureña) y otros muchos más». Señala que «hay partes del libro muy emocionantes», pero la que más le gusta ensalzar es la situación de muchas mujeres en África, «que se sobreponen a las injusticias y sacan adelante comunidades y proyectos».
Cree que su profesión es algo clave para que decidiera, en su momento, adentrarse en el activismo, pero el libro es una intención de recordar a los lectores que son muchas las personas que se dedican a ello y que no se rinden, aludiendo también a los miembros de Pasaje Seguro, la asociación que ha tratado de frenar ese tráfico de armas en Santander. Al final, en opinión de Robles, «cualquier persona tiene algo que aportar, no sobra nadie».
Noticias relacionadas:
- Colectivos por el medio ambiente advierten del reparto del ‘pastel’ de los fondos europeos
- Consuelo Berges, una mujer «independiente, incómoda y poco dócil al poder» que «siempre dijo lo que pensaba»
- Las organizaciones defensoras de los derechos humanos en Colombia desarrollan un plan de seguridad para sus activistas