Mabel Lozano ha sido más conocida por su faceta de actriz. Pero su compromiso en la lucha contra la prostitución, la explotación sexual y la trata de personas ya cuenta con dos libros, ‘El proxeneta’, que también se convirtió en documental bajo su dirección, y el recientemente publicado ‘PornoXplotación’. Además, también rodó otro documental, ‘Chicas nuevas 24 horas’.

Y con ‘Biografía del cadáver de una mujer’, otro documental, pero en formato cortometraje, le ha llegado este Premio Goya. Una gala sin premiados, a la que sólo acuden los entregadores de los galardones, algo que la propia Lozano dice que «no entiendo cómo se ha organizado», más allá de la complicada situación que se vive a causa de la pandemia y las restricciones que se aplican para intentar contenerla.

La nominación le parece importante porque es una manera de dar voz «a esas mujeres que están en calles, rotondas o clubes, amenazadas o sin dinero». La situación económica actual ayuda a que aumente la precariedad que sufren las personas que son mercantilizadas en el sector de la prostitución. En muchos casos, se trata de mujeres migrantes a las que se les hacen promesas que después no se ven cumplidas.

Agradece el «fundamental apoyo del Ayuntamiento de Santander» por haberse implicado en este proyecto que ahora tiene la oportunidad de ser premiado en la principal gala que tiene el cine español. Además, la relación con el Consistorio también se extiende a que, durante unos pocos días al año, la propia lozano se desplaza a Santander para dar charlas en centros educativos para explicar en qué consiste la trata y la explotación sexual y para hablar de derechos humanos y relaciones afectivo-sexuales.

Le gusta la acogida que recibe cuando esas charlas, por la «curiosidad» que muestran los alumnos, que en la gran mayoría de los casos no saben qué sucede en el ámbito de la prostitución. «Nadie les habla de la trata, no saben lo que es», afirma. Por eso subraya la importancia de la educación. «La sexualidad no son las manadas», sentencia.

La directora va más allá y define este tema como una auténtica forma de «esclavitud» para las mujeres que están dentro de ese mundo. Se trata de que ellas buscan una oportunidad para poder tener una vida mejor y también darle un mejor futuro a sus hijos, pero acaban siendo «mujeres explotadas salvajemente», dice en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.

«El problema en España es la falta de legislación, no hay una ley integral contra la trata», asevera. aunque haya algunas comunidad autónomas, como Cantabria, donde se intenta avanzar hacia la abolición de la prostitución, ella reconoce que «les falta el marco legislativo nacional». «Es una ley que debe aprobarse en el Congreso», añade.

«Está genial el compromiso», apoya, pero cree que falta una mayor sensibilización para entender exactamente qué significa la prostitución. «Esto no es un problema, la trata es un delito», dice, con el agravante de que «vulnera todos y cada uno de los derechos humanos» que se supone defendemos en un Estado democrático.

En muchas ocasiones, piensa Lozano, seguimos «mirando para otro lado», además de que sigue habiendo clientes que buscan servicios sexuales de distintas maneras. Por todo ello, el problema no se detiene, y además Lozano advierte de que hoy en día el consumo de pornografía comienza a una edad más temprana, y hay clientes cada vez más jóvenes en el mundo de la prostitución.

«El movimiento feminista es importantísimo», dice convencida. Es la manera de «recordar a las más vulnerables en cuanto a los derechos, poner el foco ahí». Además, se dio la circunstancia de que, precisamente el 8 de marzo de 2020 fue cuando se estrenó su cortometraje. Ahora tiene un Goya, y eso es mucho, aunque no haya podido darse el gusto de recogerlo en la gala.