La osezna Éndriga regresa a su hábitat natural en Asturias
La osezna Éndriga ha sido puesta en libertad en el Parque Natural de Redes de Asturias en una zona con disponibilidad de alimento y escasa presencia humana tras una fase de recuperación y rehabilitación que ha llevado al animal a estar más de tres meses en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Villaescusa (Cantabria), dependiente de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, donde ingresó en agosto del año pasado y, tras recuperarse, ser trasladado al recinto de aclimatación o presuelta de osos pardos ubicado en el monte de Valsemana, provincia de León, para finalizar su fase de adaptación al medio natural.
Tras analizar múltiples variables, se ha decidido reintroducir al animal en el núcleo oriental de la Cordillera Cantábrica con el fin de contribuir a conectar la población osera presente en la zona, no muy numerosa, con la del occidente, mucho más estabilizada.
Una progresión de la población vital en la que el apoyo de comunidades locales como la de Somiedo, lugar de procedencia de Éndriga, resulta vital para la integración de esta especie en el territorio y en su desarrollo socioeconómico.
Con la reintroducción de la osezna en este entorno favorable, gracias al trabajo de coordinación en el que han participado el Gobierno de Cantabria, el Principado de Asturias, la Junta de Castilla y León y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, concluye una parte del proceso de reintroducción del ejemplar y que continuará con la fase de seguimiento activo por parte del cuerpo técnico y los agentes del Medio Natural de la Consejería de Medio Natural y Cohesión Territorial del Principado de Asturias.
Un seguimiento en el que se utilizará tecnología de geolocalización y monitorización en tiempo real para posteriormente continuar con el trabajo de gestión de manera coordinada entre las distintas administraciones implicadas.
El proceso de recuperación que se inició el pasado verano, cuando el ejemplar fue recogido por agentes del Medio Natural del Principado en el pueblo de Éndriga, en Somiedo (Asturias), donde detectaron que el ejemplar, que iba acompañado de su madre y otra cría, mostraba síntomas de perdida de condición corporal y dificultades para seguir al grupo.
Tras recogerlo, le trasladaron al hospital veterinario Buenavista (Oviedo), donde ingresó con síntomas de hipotermia, hipoglucemia, y un peso muy por debajo de lo normal para su edad (6,5 kg – el peso aproximado de un esbardo de 8 meses es de 15-20 kg).
También presentaba lesiones cutáneas que se diagnosticaron como sarna demodécica por raspado y observación al microscopio, además de numerosas heridas infectadas compatibles con mordeduras.
RECUPERACIÓN EN CANTABRIA
Tras su estabilización, rehidratación, limpieza y cura de las lesiones cutáneas, se instauró un tratamiento farmacológico y se inició su alimentación hasta su traslado, el 29 de octubre, al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria.
La evolución de la osezna en los más de tres meses que ha estado ingresada en el centro cántabro fue muy buena, tanto a nivel clínico como comportamental, mostrando cada vez mayores periodos de actividad y juego.
Allí, se mantuvo ingresada con una rutina de enriquecimiento ambiental y de hospitalización en aislamiento total y bajo video vigilancia, con el objetivo de fomentar las actitudes normales y evitar su habituación a las personas.
Dado que su estado clínico, crecimiento y comportamiento requerían de un cierto control, aunque menos estricto, el comité veterinario del grupo de trabajo de oso pardo cantábrico decidió trasladar a Éndriga al recinto de aclimatación o presuelta de osos pardos de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en el monte de Valsemana (León).
Una decisión consensuada por los equipos técnicos y veterinarios de la Junta de Castilla y León, del Principado de Asturias y del Gobierno de Cantabria, junto al apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) y de los servicios veterinarios del Parque de la Naturaleza de Cabárceno.
Allí, el animal se ha podido aclimatar al medio natural de forma previa a su reintroducción, con espacios amplios y un adecuado enriquecimiento ambiental, además de un importante sistema de videovigilancia y la recreación de una cueva en el interior de la osera que hay habilitada.
A su llegada al recinto leonés el ejemplar pesaba 30 kilogramos y en la actualidad ha superado ya los 36, tras cuatro meses de aclimatación, habiendo ganado un 20% de peso respecto a su llegada al centro.
Durante todo ese tiempo se ha aplicado un estricto protocolo de vigilancia y de aporte alimenticio de manera que durante las primeras semanas la alimentación se basó fundamentalmente en carroñas, frutos secos y carnosos, disminuyendo en las últimas semanas el aporte de frutos secos y carnosos para adecuar su alimentación a lo que encontrará en su hábitat natural.
Con la liberación de Éndriga ya son dos ejemplares de oso cantábrico los que se recuperan desde el año 2019 con el protocolo general de actuación que de manera coordinada vienen realizando las comunidades autónomas de Cantabria, Castilla y León, Asturias y Galicia en materia de rehabilitación y aclimatación de osos pardos cantábricos.