El movimiento Pasaje Seguro ha criticado la “desproporción” del dispositivo policial acometido este martes contra un grupo de jóvenes migrantes que esperaban en un edificio abandonado en Nueva Montaña antes de tratar de abandonar el país rumbo a Reino Unido desde el Puerto de Santander.

Según explica en un comunicado este colectivo de apoyo a refugiados y migrantes, el dispositivo es muy “contundente” para tratar de controlar si la situación de los jóvenes albaneses era regular o irregular, ya que una estancia irregular no es delito, sino un problema de situación administrativa, “y la mayoría no están en esa situación, como se desprende de la propia información que da la Policía”.

Además, advierten de que “consideraríamos muy grave que dicha actuación policial no hubiera sido precedida de la preceptiva autorización judicial”, por lo que instan a la delegada del Gobierno a que informe de si la citada intervención contó con dicha autorización judicial obligatoria.

En este sentido, llaman la atención sobre el hecho de que la información policial describa el edifico como un lugar de “reunión ocasional”, cuando en realidad “es un edificio habitado de modo continuo por distintas personas migrantes que realizan allí todas las facetas de su intimidad (cocinar, tender la ropa, dormir etc.) de modo continuo”.

Al tratarse de un lugar de estancia y no de mera reunión, se encuadra en la protección de la intimidad y requeriría la pertinente autorización judicial por cuya existencia se interesa Pasaje Seguro.

“Se diría que tal alusión se encuadra más en el constante proceso de estigmatización que desde hace más de un año vienen sufriendo las personas migrantes que ocupan dicho edificio más que en una información rigurosa”, señalan desde este colectivo, que pide que no se utilice a los cuerpos de seguridad “en la estrategia de estigmatización que desde varios sectores hace tiempo que vienen sufriendo no pocos colectivos de personas migrantes”