Planeta Calleja arranca temporada rescatando la historia del guerrillero antifascista Segundo Bores
La lucha contra el franquismo de los emboscados antifranquistas –cuyos principales referentes fueron los míticos Juanín y Bedoya—tuvo este domingo una amplia visibilidad al protagonizar el arranque de la nueva temporada Planeta Calleja, grabado en Liébana.
Pese a que el invitado era el presidente cántabro Miguel Ángel Revilla, la principal novedad fue el relato de la historia de uno de esos guerrilleros, tachados despectivamente como bandoleros o maquis, Segundo Bores.
La historia la contaba Francisco Caso, el guardia civil que descubrió hace un mes la cueva en la que habitó durante cuatro años, hasta 1944, Segundo Bores: “estaba buscando por ahí cuevas y unas zonas para escalar y me encontré un lugar inaccesible donde había habitado alguien”.
“Estaba casado con una mujer de Lebeña y la cueva estaba en un punto estratégico desde el que divisaba ese lugar”, explicaba el agente.
Durante el programa, Revilla y Calleja hablaron con sus familiares, entre ellos Ramón, su hijo, quien recordaba perfectamente el día que mataron a su padre.
También se leyeron las cartas que Segundo Bores, de la Brigada Machado y militante del PCE, le escribía a su mujer mientras ella estaba en la cárcel.
El presidente aseguró que se le hará un homenaje cuando todo esto pase.
El programa se emitía un día después de la conmemoración de la liberación del campo de exterminio nazi de Mauthausen, con un acto en el cementerio de Camargo.
Y tras varios eventos relacionados con la recuperación de la memoria histórica, como el recuerdo de la proclamación de la II República, o, relacionados con los guerrilleros, el homenaje a Juanín o la finalización de la recogida de fondos para reponer el monumento a su compañero Bedoya, que se inaugurará próximamente, promovidos por colectivos en defensa de la memoria como AGE (Archivo, Guerra y Exilio).
Asimismo, este lunes en el Parlamento de Cantabria se continuaba el trámite de la Ley de Memoria Histórica y Democrática, tras rechazarse las enmiendas a la totalidad presentadas por PP, Ciudadanos y Vox, que en sus argumentarios trataban de equiparar la represión sufrida durante los cuarenta años del franquismo con los sucesos de la guerra.
El vicepresidente Pablo Zuloaga, de cuya consejería ha partido la tramitación de la Ley –ahora le quedan las enmiendas parciales y la aprobación final, garantizada con los votos socialistas y regionalistas—reivindicaba que es una ley que busca la “reparación, el respeto y la paz” para las familias con personas desparecidas”, algo que le “
debemos a Cantabria y a todas las familias que sufrieron la desaparición de un ser querido”.
En su opinión, “es necesario el reconocimiento, la reparación y la dignificación de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo durante la post guerra” porque, ha continuado, “su memoria y el conocimiento de nuestro pasado reciente contribuyen a asentar nuestra democracia”. “Se trata de reparar lo reparable y de conocer qué pasó para evitar su repetición”, ha sostenido.
UN CENSO DE VÍCTIMAS
La ley, realizará una clasificación de las víctimas que sufrieron represión, se establecerá un censo de víctimas, se adoptarán las medidas necesarias para su localización, exhumación e identificación y se actualizarán los mapas de los lugares donde puedan localizarse restos de desaparecidos.
Además, se impulsará un protocolo de actuación para dignificar las fosas comunes de las víctimas y asegurar su conservación para ser exhumadas en los cementerios municipales y se creará el Consejo de la Memoria Histórica y Democrática de Cantabria como órgano consultivo y de participación de las entidades memorialistas que desarrollan su actividad en la comunidad.