La mirada global desde Cantabria de muchos ciudadanos y movimientos sociales se detiene estos días a pueblos que sufren, como el palestino o el saharaui, además de a las protestas colombianas, que están sufriendo una fuerte represión que ha causado decenas de muertos.  Cantabria ha sido escenario ya de varias concentraciones de apoyo.

Este jueves, a las 19.00 horas en Santander, en la Plaza del Reenganche (al final de la calle Burgos), hay convocada por la Asamblea contra el Racismo y la Discriminación y CGT, una concentración en solidaridad con el pueblo palestino, en un momento de fuertes ataques israelíes que han afectado a población civil o a sedes de medios de comunicación.

CONCENTRACIÓN POR EL SÁHARA

Y el jueves también, a las siete de la tarde, en este caso en Torrelavega (en el Boulevard Demetrio Herrero), hay una concentración de apoyo al pueblo saharaui.

Organiza la Plataforma Cántabra por Un Sáhara Libre, que agrupa a distintas entidades y colectivos que trabajan desde aquí con el pueblo saharaui, como Cantabria por el Sáhara –entidad miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs–, Alouda, la Liga de Jóvenes Estudiantes Saharauis, Asociación de inmigrantes saharauis en Cantabria MIJEK o la Delegación Saharaui en Cantabria, entre otras.

La convocatoria se hace ante la escalada de violencia contra la población saharaui en los territorios ocupados del Sáhara (la semana pasada Equipe Media reportaba sobre el terreno hostigamiento e incluso violaciones a activistas).

Dentro de la preocupación por las libertades más básicas, el pasado viernes se inauguró en La Casona del Cantón de San Vicente de la Barquera la exposición “Sáhara Occidental no es país para periodistas” que se podrá contemplar hasta finales de mes en horario de 10 a 14 horas y de 16 a 20 horas de lunes a viernes.

La muestra es fruto del trabajo de la fotoperiodista Judith Prat y del Observatorio Aragonés de Derechos Humanos que llega a Cantabria de la mano de Cantabria por el Sáhara, iniciando en San Vicente de la Barquera un recorrido expositivo que recalará en el Parlamento de Cantabria y en varios municipios.

En la apertura de la exposición participó el alcalde barquereño, Dionisio Luguera, junto a miembros de la Corporación municipal y representantes de Cantabria por el Sáhara, que es miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs, que expusieron la situación histórica desde que fue una colonia española hasta la actualidad, recordando que hasta 1976 fue la provincia española número 53 siendo una completa desconocida.

Y no sólo por el vacío en los libros de historia o por la presión política que relega este conflicto a los últimos lugares de la agenda institucional. “El silencio en los medios de comunicación sobre el Sáhara Occidental es fruto de un bloqueo mediático que, a su vez, forma parte de la estrategia de ocupación de Marruecos”, denunciaron los representantes de Cantabria por el Sáhara.

Quienes lo han intentado saben que informar sobre la actualidad en los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental es una odisea que, en ocasiones, se paga cara. El encarcelamiento de periodistas saharauis o la expulsión de profesionales de los medios de comunicación extranjeros son algunos de los ejemplos más graves.

Pero el bloqueo informativo comienza también desde la imposibilidad de que una persona saharaui pueda cursar estudios universitarios de Periodismo en su tierra. El Estado Marroquí ha limitado históricamente el acceso a la cultura impidiendo la implantación de universidades o incluso del propio Instituto Cervantes en los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental. Los estudiantes saharauis que logran matricularse en la Universidad lo hacen con gran esfuerzo económico de sus familias teniendo que instalarse a más de mil kilómetros de sus hogares. Pero nunca se les permite el acceso a las facultades de Periodismo marroquíes.

Reporteros Sin Fronteras denunció en su informe de 2019: “El periodismo es una de las numerosas víctimas de este conflicto abandonado por el foco mediático, que ha hecho del Sáhara Occidental un auténtico “agujero negro” informativo. Marruecos —puesto 135 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF— maneja con mano de hierro la información dentro del territorio, castigando de forma implacable el ejercicio del periodismo local y bloqueando el acceso de los medios extranjeros. Torturas, detenciones, malos tratos, persecuciones, acoso, hostigamientos, calumnias, difamaciones, sabotajes tecnológicos y abultadas penas de cárcel, en condiciones deplorables, constituyen el día a día de los periodistas saharauis”.