‘Al Relente’ inunda con su magia el amanecer en el Sardinero
La propuesta de este domingo exigía madrugar bastante, pero ‘Al Relente’ resultó un espectáculo por el que bien merecía la pena salir temprano de casa.
A las ocho de la mañana, 34 mujeres comenzaban en la playa del Sardinero esta performance que, a través de la danza, mostraba la importancia de los gestos cotidianos de las mujeres, resignificaba sus cuerpos y ofrecía un interesante espectáculo con el mar como telón de fondo.
MUJERES
Mujeres jóvenes y no tanto; mujeres rubias, morenas, castañas, canosas o pelirrojas; mujeres de tez blanca y de tez oscura; de cuerpos altos y también bajitas. Mujeres pertenecientes a asociaciones artísticas, feministas, sociales y de escuelas de danza. Mujeres que ayudan, que abrazan, que consuelan, que lloran, que ríen y que disfrutan. ‘Al Relente’ ha ofrecido en el Sardinero un auténtico saludo al sol cuando la mañana no hacía más que comenzar y el sol se reflejaba sobre el mar generando un momento cargado de magia en un domingo que amaneció completamente despejado.
En la perfomance se ha llamado la atención sobre como «el cuerpo de la mujer sufre hoy por partida doble», ya que «a lo que ya venía ocurriendo, con la cosificación, estereotipado y discriminación de su cuerpo en nuestra sociedad heteropatriarcal en búsqueda de mujeres homogéneas, irreales y apolíticas, se añade un nuevo golpe: el virus».
EL CUERPO COMO ALIADO
«Ahora el cuerpo se ha convertido en nuestro enemigo, cómplice del contagio y del miedo, del que sólo escuchamos síntomas peligrosos. Nos hemos quedado paralizadas», resumen en la acción, en la que remarcan que «el cuerpo es en realidad nuestro único aliado para vivir, y también para relacionarnos, comunicarnos, percibir el mundo y confiar en tiempos inciertos».
Por eso, ‘Al relente’ quiso presentar los cuerpos de las mujeres, «con su respirar y su movimiento tal y como son, diversos, supervivientes, sin máscaras, al raso». «El poder del grupo reside en mostrar al exterior esa fuerza viva y latente de cada una de nosotras que conforma nuestra danza y permanece en constante movimiento, como nuestro organismo, aunque parezca que el mundo se ha parado», señalan.
VIOLONCHELO, VOZ Y PERCUSIÓN
Al sonido del mar con las olas rompiendo en la orilla se sumaban las melodías del violonchelo al que se encargó de dar vida Marta Tazón, los cantos sin letra entonados por otra de las participantes y, ya acercándose al final del espectáculo, la percusión de las cajas y las palmas de las mujeres en el momento en que la coreografia llegaba a su tramo final con la formación de un círculo a modo de representación simbólica de la vida, del origen, del espíritu y de la eternidad.
La actividad, promovida desde la Asociación de Profesionales de la Danza de Cantabria, se enmarcaba dentro de la tercera edición del programa ‘Mujeres y Cultura’, organizado por la vicepresidencia regional y contaba con un elenco de performers integrado por Mónica Almagro, Verónica del Cerro, Laura Richard, Adama Gaye, Elsa Pérez y Mónica Yunquera entre otra.
La producción corría a cargo de Marta Romero, mediadora cultural y danzaterapeuta, y la dirección artística de Mariana de Paula Ferreria, coreógrafa y docente. La cobertura de foto y vídeo documental de Anjana Guerra Photography completan la participación en esta performance
Como desenlace final, un fantástico baño grupal en aguas del cantábrico, esta vez con el aplauso del público asistente como banda sonora final.
En el otro extremo de la playa, un grupo de 25 hombres participaba en su particular performance en torno a un balón. Pero esa es otra historia.