“El miedo a las posibles represalias impide que las mujeres maltratadas reciban ayuda”
La profesora e investigadora de la Universidad de Girona Patricia Melgar ha pasado esta mañana por los micrófonos de El Faradio de la Mañana, en ARCO FM, para charlar sobre violencia de género, violencia de segundo orden y para aportar su punto de vista sobre asuntos tan actuales como la influencia de la pandemia y el confinamiento sobre las mujeres maltratadas.
En cuanto al estado actual del tema, Melgar cree que se ha avanzado, pero asegura que “queda un largo camino por recorrer en el campo legislativo. Los movimientos sociales son muy críticos y están contribuyendo a que se revisen las leyes”. Así todo, ha afirmado que “mirando los números de las mujeres asesinadas cada año, no podemos estar satisfechos”.
Uno de los aspectos de mayor actualidad sobre el tema es la violencia de segundo orden. Sobre ella, Melgar ha asegurado que “el miedo a las posibles represalias impide que las mujeres reciban ayuda”. Sobre su denominación, la investigadora ha afirmado que “los últimos artículos cambian el nombre de segundo orden por violencia aisladora porque los maltratadores buscan aislarlas de su entorno. El primer paso es que haya un reconocimiento a nivel legislativo, que se le ponga nombre a algo que la gente ya conoce”.
En muchos ámbitos vitales se habla de cuidar al cuidador, algo tan importante en todos ellos, pero también en lo relacionado con la violencia de género, sobre lo que Melgar opina que es “básico proteger a quien protege, es algo muy necesario. Han saltado a la prensa casos en los que profesionales que se posicionan en favor de mujeres víctimas de violencia de género han recibido amenazas, agresiones o han sido desprestigiados”.
En lo que respecta a la convivencia de las mujeres con sus maltratadores durante el confinamiento y su influencia en los asesinatos ocurridos en los meses del inicio de la pandemia, la profesora ha afirmado que se activaron recursos que intentaron minimizar los efectos, pero valora que la situación fue “muy dura”. “Me preocupa el análisis tan precipitado que se está haciendo. Se necesita profundizar si las mujeres asesinadas durante el confinamiento lo fueron por este motivo. No se puede establecer una causa-efecto. Obviamente estar encerradas 24 horas con su maltratador fue negativo, pero hay que cuidar las valoraciones porque se moviliza a la opinión pública y en ocasiones se deja de movilizar recursos”.