Descubierto un campo de esponjas profundas frente a la bahía de Santander
Un equipo científico del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC), a bordo del buque Ramón Margalef han grabado mediante el uso del trineo fotogramétrico TASIFE un campo de esponjas profundas frente a la bahía de Santander, un hábitat protegido por distintas legislaciones y que presenta una densidad de individuos no observada antes en el Cantábrico.
Científicos del #IEO han filmado este hábitat -protegido por diferentes legislaciones nacionales e internacionales- a unos 1000 metros de profundidad. pic.twitter.com/fFT2Fq3fg1
— Instituto Español de Oceanografía (@IEOoceanografia) September 8, 2021
A pesar del continuo avance de la ciencia y el conocimiento, el fondo del mar sigue siendo en su mayor parte un terreno inexplorado que continúa ofreciendo hallazgos inesperados cada vez que una expedición científica se acerca a sus profundidades. Así lo han podido comprobar los investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) embarcados en el Ramón Margalef durante uno de los transectos profundos realizados con el trineo fotogramétrico TASIFE al descubrir, a pocas millas de su sede de Santander, un hábitat de especial interés para la conservación que supone un punto caliente de biodiversidad.
El hábitat observado está formado por densas agregaciones de la esponja hexactinellida Pheronema carpenteri, un ecosistema único que sirve de refugio a otras especies de peces e invertebrados, incrementando de manera notable la diversidad biológica presente en el fondo. En la grabación, de más de una hora de duración, se pudieron observar agregaciones de ofiuras asociadas a las paredes de la esponja, así como una especie de munida que parece vivir en su interior.
Además, también se observaron especies de peces de profundidad como la locha (Phycis blennoides) o tiburones de profundidad como el
olayo (Galeous melastomus) en una densidad mayor a la observada en otros transectos de profundidad similar. “Aunque agregaciones de esta esponja han sido observadas en otras zonas del Cantábrico, el hábitat observado en Santander destaca por la gran densidad observada, probablemente la mayor de las grabadas hasta la fecha”, explica el investigador José Manuel González Irusta, responsable de la campaña.
El hallazgo ha sido realizado en el marco de la campaña oceanográfica CIRCASED 0821 a bordo del buque oceanográfico Ramon Margalef, una campaña financiada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que se desarrolla como
parte del proyecto ESMARES para implementar en aguas españolas la directiva europea de las Estrategias Marinas.
El objetivo de esta campaña científica que finalizará mañana es mejorar nuestro conocimiento de los hábitats bentónicos sedimentarios circalitorales y profundos, para de esta forma preservar la integridad del fondo marino y garantizar el uso sostenible de los recursos pesqueros. “Estos hábitats están sometidos a una fuerte presión humana como consecuencia de distintos impactos, entre los que destaca por su extensión e impacto, la presión por artes de arrastre de fondo”, apunta el científico.
La campaña CIRCASED 0821 ha sido diseñada para estudiar los hábitats sedimentarios en zonas explotadas por la pesca de arrastre y contrastar sus comunidades con las observadas en fondos prístinos sin ningún impacto. Fue en una de estas zonas, localizadas a gran profundidad, en donde se realizó el descubrimiento de este ecosistema vulnerable.
El Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC), es un Centro Nacional del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, dedicado a la investigación en ciencias del mar, especialmente en lo relacionado con el conocimiento científico de los océanos, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio ambiente marino. El IEO representa a España en la mayoría de los foros científicos y tecnológicos internacionales relacionados con el mar y sus recursos. Y tiene su origen en la Estación Marítima de Santander que creó el científico cántabro en el siglo XIX Augusto González de Linares.
Cuenta con nueve centros oceanográficos costeros, cinco plantas de experimentación de cultivos marinos, 12 estaciones mareográficas, una estación receptora de imágenes de satélites y una flota compuesta por cuatro buques oceanográficos, entre los que destaca el Ramón Margalef y el Ángeles Alvariño.