Santander necesita otra forma de hacer política para implantar una #MovilidadSostenible
Los responsables de Cantabria ComBici denuncian que «continuamente estamos asistiendo a través de los medios de comunicación y de las sesiones plenarias del Ayuntamiento de Santander a propuestas sobre movilidad del gobierno municipal y de los grupos políticos que generalmente tienen un protagonismo partidista y personalista. Se hacen propuestas de todo tipo relacionadas con la movilidad: hoy toca hablar sobre un carril bici que conecta un túnel que cuesta muchos millones; mañana sobre un súper-aparcamiento disuasorio que mientras no se restringa el uso del coche en la ciudad fracasará como tal; al otro sobre amarres súper-inteligentes para bicicletas y súper-caros sin vías ciclistas para acceso a los del centro; también de autobuses para el TUS súper-ecológicos, sin propuestas de un análisis y estudio de los recorridos óptimos; o de iniciativas sobre los famosos Caminos Escolares que nunca llegan a realizarse, mientras el caos de coches en los colegios a la entrada y salida del alumnado continúa; etc.»
Creen que todas son buenas propuestas, algunas maravillosas, pero matizan que «lo que ocurre es que el equipo de gobierno municipal no cree en ellas, y mientras cada grupo político da su versión o matiz de cómo y cuándo lo harían a través de propuestas lanzadas a los medios de comunicación, mociones o cualquier otra acción del mecanismo político establecido, y normalmente el resultado es que votan en contra o se abstienen, y pocas veces llegan a un acuerdo unánime».
Añaden que «en nuestra ciudad de Santander, en lo relativo a movilidad y hasta la fecha, las propuestas suelen ser parciales y partidistas. Se necesita valentía política para dar un cambio a la ciudad. Las propuestas surgen como las setas en primavera y otoño, pero no hay un consenso entre los que gobiernan y oposición, ni un Plan Global de Movilidad para la ciudad, del cual se beneficien la ciudadanía; un planteamiento serio de como debería ser una ciudad más amable para los ciudadanos, no para los coches, como el gobierno municipal sigue empeñado en mantener. Si desde el consistorio santanderino se crea una Mesa de Movilidad, los grupos sociales relacionados con dicha cuestión como Cantabria ConBici u otras asociaciones deberían participar en ella, pero aún no han sido invitados. Dichos colectivos, sin embargo, vienen continuamente realizando multitud de propuestas planteadas en múltiples reuniones, tanto al gobierno municipal como a los demás grupos políticos del ayuntamiento de Santander».
Por eso, quieren lanzar el mensaje de ‘¡Basta Ya!’. «Los grupos sociales relacionados con la movilidad exigimos y deseamos un consenso político entre todos los grupos del ayuntamiento de Santander por una movilidad más sostenible, por un modelo distinto de ciudad, por una ciudad más amable y menos contaminante para sus ciudadanos; un Plan de Movilidad a corto-medio plazo y no meras improvisaciones, que haga de Santander una ciudad adecuada a estos tiempos en los que el cambio climático y el deterioro del medio ambiente y la salud de los ciudadanos es una clara realidad. Queremos que el equipo de gobierno municipal y los grupos políticos se pongan de acuerdo en actuaciones planificadas sobre movilidad sostenible y cuenten con los ciudadanos y sus asociaciones para conseguirlo».
PROPUESTAS
Adaptación de la ciudad. Proponen un vuelco total al modelo de ciudad actual en beneficio de los peatones, para lo cual sería necesario:
Reducir drásticamente el tráfico en el centro de Santander.
Reducir carriles en la calzada para uso de los coches en favor de los peatones, ciclistas y usuarios de vehículos de movilidad personal (MVP).
Un Plan de Semaforización que beneficie a las personas que caminan por la ciudad y no solo a los coches, con conversión de muchos semáforos en pasos de cebra y con una reducción drástica de los tiempos de espera en ellos.
Un servicio de transporte urbano (TUS) bien planificado que facilite el acceso a todos los barrios de la ciudad, eje norte-sur principalmente, y que sea ágil, eficaz y eficiente, de tal manera que no se favorezca el uso del vehículo a motor. Lanzaderas en las proximidades de los aparcamientos disuasorios, cuando existan y surja la necesidad de su uso, y facilidad para que los usuarios de bicicletas puedan transportarlas en ellos. Un análisis de viabilidad y puesta en común con otros municipios de transporte común para el área metropolitana de la Bahía de Santander.
Un desarrollo de una trama ciclista optimizada, planificada y priorizada, principalmente en el centro de la ciudad, que favorezca el uso de la bicicleta como medio de transporte, y no una red de carriles bici de circunvalación para ocio o deporte como vienen siendo en la actualidad salvo alguna excepción.
Un estudio serio para la creación de aparcamientos disuasorios en las entradas de la ciudad y no al fondo de la misma, como se pretende ahora, dimensionados adecuadamente, y no megaproyectos sobre los que pueda existir duda de su uso si no se engloban en una política de movilidad seria y global y cuando, consecuencia de la restricción del coche en la ciudad, se vea su utilidad, y no solo por el hecho de la necesidad de hacer obra pública.
Implantación de una OLA Verde para uso de los residentes de la ciudad en detrimento de la OLA Azul para aparcamiento libre en la ciudad. E incluir en esa política de plazas para residentes, a bajo coste, los 16 aparcamientos subterráneos existentes en la ciudad.
Regulación del sistema de carga y reparto de mercancías, favoreciendo su aparcamiento, realizando estudios y ofreciendo ayudas para un reparto por medios más sostenibles, lo que se conoce como “la última milla”.
Medidas de control y cumplimiento de los límites de velocidad aprobados por el Gobierno de España desde el 11 de mayo y que actualmente no se cumple en las calles de Santander, siendo más un maquillaje que una realidad.
Medidas encaminadas a la implantación de las ‘Zonas de Bajas Emisiones’ que tendrán que estar operativas en el año 2023.
Desde Cantabria ConBici concluyen diciendo que «Santander necesita un vuelco en su modelo de ciudad, y quieran o no habrá que hacerlo pronto. Solo tenemos que fijarnos en muchas ciudades vecinas –no hace falta mirar muy lejos ni tan solo a Europa– que ya han dado el paso y sus habitantes se sienten orgullosos de tan ansiado cambio y ya lo están disfrutando».