Aunque al hablar de la calle Menéndez Pelayo, lo primero que se nos vega a la cabeza sea el fantástico tramo escoltado por grandes plátanos que termina en el Alto de Miranda, las personas cercanas a las artes, probablemente se quedarán en el inicio de la calle; ese donde no hay grandes árboles, pero si una especie de entrada de garaje que durante décadas ha sido epicentro de formación y creación artística. Allí estuvo durante un montón de años la sede del Conservatorio Jesús de Monasterio, más tarde la escuela de artes plásticas y diseño Sater y durante estos doce últimos años, Espacio Espiral, laboratorio escénico y de artes afines que ahora cierra sus puertas.

Este lunes todavía estaban sacando las últimas cajas para liberar este espacio que durante todo este tiempo ha albergado tantos proyectos que resulta imposible repasarlos todos. Los que han tenido algo que ver en esta aventura, insisten en destacar que fue Cristina Samaniego quien se lió en su día la manta a la cabeza y, con su coraje, arrastró con ella  a un montón de gente que confió en el potencial de Espacio Espiral para montar aquí la base de lo que hasta entonces era un laboratorio escénico itinerante que hacía ya investigación sobre el arte del actor y las artes escénicas en general.

REDIMENSIONANDO EL PROYECTO

FOTO: Nel/Espacio Espiral

Miguel  Meca, intérprete, dramaturgo y coordinador de Espacio Espiral, hablaba con El Faradio mientras terminaba de empaquetar los últimos enseres. Se llevan mucho, pero no todo. 600 metros es mucho espacio y, aunque el proyecto está tramitando ya la apertura en un nuevo espacio que de continuidad a todo lo ya puesto en marcha, habrá que redimensionar y reajustarse,ahora que el propietario del gran local de Menéndez Pelayo ha decidido vender. «Nosotros vamos a seguir, pero esta mudanza lo que pone de manifiesto es la fragilidad de las empresas culturales. Somos estructuras delicadas y sin apoyo institucional que permita su supervivencia, sin ser propietario de la sede y sin tener otros medios, estamos a merced de que cualquier imprevisto nos afecte y nos pueda hacer caer. Somos un sector obligado constantemente a replantearse su trabajo, a adaptarse a las circunstancias. Estamos ahora buscando un nuevo espacio que nos permita seguir adelante redimensionando los proyectos, ajustándonos un poco más a una realidad que ya hacía bastante difícil mantener un espacio tan insólito como este que teníamos hasta ahora en Menéndez Pelayo, pero la verdad es que con una tercera parte de estos metros y con condiciones operativas  es posible continuar. Lo que hacemos es migrar la idea» » explica.

Durante todos estos años Espacio Espiral ha funcionado «muy bien», según Meca. Se han puesto en marcha proyectos internacionales con Polonia e Irlanda, por ejemplo. Hasta Roma han viajado con ‘Beatus’ y, en general, se han ofrecido siempre propuestas de calidad, desde talleres formativos hasta laboratorios de investigación o distintas ideas con la colaboración de Santander Creativa, como el proyecto Semillero »

PROYECTOS DESTACADOS

Echando la vista atrás, resulta complicado decir qué proyectos han sido los más importantes, pero Miguel Meca recuerda ‘Teatro del siglo XXI’ , una propuesta internacional apoyada por lo que entonces era la Fundación Santander 2016  y que tuvo una gran acogida. Durante tres años permitió poner en marcha un proyecto internacional de intercambio con Polonia muy eriquecedor , trabajando sobre formas contemporáneas del teatro. También marcó esta etapa el proyecto ‘Semillero’, en el que una treintena de artistas jóvenes de distintas disciplinas (danza, escritura, teatro, artes audiovisuales, música….) trabajaron juntos durante un año y medio, retroalimentándose entre ellos. «Fue un proyecto muy interesante y muy innovador en aquel momento para lo que se hacía en Cantabria. La experiencia fue estupenda. Se trabajó en profundidad sobre unas bases comunes y cada uno aportó lo que pudo. Yo creo que esas dos propuestas fueron muy importantes porque nos permitieron arrancar y ponernos en órbita como laboratorio durante los primeros siete años. Todo lo diseñó Cristina y los resultados están hoy dispersos por toda la región».

ASÍ SE PRESENTAN

La web de Espacio Espiral, explica la filosofía del proyecto en primera persona: «Nacimos como espacio en 2009, aunque el Laboratorio Espiral comenzó en el verano de 1997 un periplo por algunos de los más importantes Laboratorios de Investigación Escénica europeos que culmina en la creación de la sede de Santander. Somos el primer y único laboratorio escénico de nuestro entorno, dedicado a la formación, la investigación y la creación de espectáculos y proyectos culturales y nos pone investigar sobre el arte del actor, del bailarín, del músico, del escritor, del artista en general; desarrollamos técnicas de aprendizaje y training para nuestro trabajo, entendemos la creatividad escénica como un campo necesitado de nuevos horizontes; nos importa el rigor, la profundidad, la duda y la experimentación a través de la integración de lenguajes creativos. Nos importa sobre todo la posibilidad única e irrepetible, el momento imborrable, el fenómeno artístico que puede cambiar vidas y conceptos. Nuestra especificidad: el TEATRO TOTAL, una nueva manera de concebir el hecho escénico desde la formación del/la intérprete, hasta la creación».