«Los juegos de azar están prohibidos para menores, pero los adolescentes juegan»
En una sociedad que avanza cada vez a mayor velocidad, los riesgos de ludopatía van variando, «casi cada año», según cuenta Eloísa Velarde en una entrevista a EL FARADIO DE LA MAÑAN, en Arco FM. Por eso se tienen que ir actualizando, ya que «las conductas han ido variando».
El mensaje que lanzan desde Proyecto Hombre Cantabria es que hay que incidir en la prevención. Esta asociación lleva a cabo «programas de intervención con menores en los centros escolares, incluso en Primaria», donde se habla de juegos de azar, pero también de videojuegos, que Velarde considera como una posible «antesala a los juegos de azar».
Pero ella ve que la prevención debe hacerse con una cierta astucia. «Si vas a un instituto y dices a los adolescentes que no jueguen porque es malo es algo que no funciona». Por tanto, considera más eficaz plantear «programas y proyectos creativos que involucren a la familia».
La prevención también es algo que, lógicamente, compete a los padres de los menores. Dejar que los videojuegos sean la principal actividad de los menores como hábito normalizado es perjudicial, porque de esa manera «se resta mucho tiempo al ocio y a las relaciones familiares», por lo que también puede ser conveniente una formación para los padres.
El reflejo de los cambios que vemos, con un abultado porcentaje de la población con un teléfono móvil en el bolsillo, incluidos muchos adolescentes y preadolescentes, es que «los juegos de azar están prohibidos para menores, pero los adolescentes juegan».
Velarde cita también la encuesta ESTUDES, que se lleva a cabo de manera bianual por parte del Ministerio de Sanidad y que trata de averiguar cómo es el consumo de drogas en la educación secundaria. La ludopatía es otro campo de estudio, y la última encuesta dice que «el 18% de las personas entre 14 y 18 años usan de forma abusiva las tecnologías de la información y la comunicación, las TICS».
También ensalza durante la entrevista otros datos reveladores, como que, entre los menores de 14 años, un 8,3% han jugado alguna vez a un juego online y el 18,6% han jugado presencialmente en algún local de juego. Entre los menores de 17 años, un 11,7% online y un 25,6% presencial.
En cuanto al tratamiento, hace ya mucho tiempo que Proyecto Hombre incorporó la ludopatía como otro elemento al que atender. Valoran y diagnostican cada caso que les llega, bien sea de manera directa de una persona con un problema muy identificado, o quienes llegan a Proyecto Hombre empujados por alguien de su entorno. Terapia y también otro tipo de medidas como el no tener acceso al dinero.
Eso les lleva a sentirse controlados, pero eso mismo es algo que les puede aportar seguridad, confianza en que no van a volver a caer en la misma conducta. Se trata de un problema psicológico, pero también económico, porque a las personas que sufren este problema «les quema el dinero en las manos» y no logran poner fin a algo que les puede conducir a la ruina y también a la de su familia.
«También vienen jóvenes con conductas de riesgo», cuenta Velarde. A veces, no traen sólo ese problema, sino alguno más, como pueda ser el abandono escolar. Por eso es importante que personas del entorno de quien sufre este tipo de conducta se ponga en contacto con asociaciones de ayuda en este sentido, porque muchas veces la persona afectada no quiere reconocer su problema ni acudir a ninguna institución, y es cuando el entorno se vuelve crucial.
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