La publicidad con la que se anuncia el nuevo estado de Unicaja, tras su fusión con Liberbank (el banco en el que se integró la antigua Caja Cantabria) dice textualmente «somos más», aunque lo cierto es que, a nivel de plantilla, es justo lo contrario.

Los sindicatos de Unicaja, entidad de la que forma parte Liberbank, han convocado concentraciones de protesta los días 23 de noviembre y el 1 de diciembre en contra del expediente de regulación de empleo (ERE) planteado por la dirección, que implicaría el despido colectivo de 1.500 trabajadores, 52 de ellos en la antigua Caja Cantabria.

En Cantabria, las dos movilizaciones se celebrarán frente a la sede principal de Liberbank en la Plaza Porticada de Santander a partir de las 18 horas, tal y como sucederá en otras 12 ciudades españolas.

Según precisa el presidente del comité de empresa de Unicaja-Liberbank en Cantabria, Pedro Damalia (FeSMC-UGT), estas movilizaciones intentan forzar “cambios drásticos” en el ERE planteado por Unicaja para alcanzar un acuerdo antes de que concluya el período de negociación el próximo 2 de diciembre.

Damalia subraya que “lo que plantea Unicaja es inaceptable desde todos los puntos de vista”, tras rechazar la última propuesta de ERE de la entidad bancaria hace unos días “que no deja de ser más de lo mismo y sigue alejando cualquier opción de acuerdo”.

Entre otras cuestiones, Unicaja propone despidos colectivos para la plantilla de cierta edad (menos de 50 años) “en condiciones económicas paupérrimas e inasumibles”, una homologación salarial “a la baja” y la imposición de una movilidad geográfica que no se ajusta al convenio colectivo y que, además, no conllevaría compensaciones económicas hasta los 75 kilómetros.

Además, este lunes EL CONFIDENCIAL, dentro de su seguimiento a la fusión, publica que en el proceso de fusión se obviaron informes que mostraban una situación negativa de Liberbank.