Los rastreadores de la COVID piden a Sanidad que no reduzca su plantilla a la mitad
Una treintena de rastreadores, el personal que se dedicaba a seguir los contactos de la población para poder controlar la evolución del virus, se han dirigido a la Consejería de Sanidad para pedirle que no reduzca su plantilla a la mitad.
En un escrito al que ha tenido acceso EL FARADIO, explican que son profesionales miembros de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de Salud Pública del Gobierno de Cantabria cuyos contratos no se han renovado, y critican la alternativa, que es su sustitución por efectivos del Ejército de Tierra, con sede en Burgos, esto es, “profesionales sin dedicación plena a estas tareas, ni con la formación necesaria que otorga la experiencia y el trabajar desde el terreno desde donde se interviene”.
Tal y como recuerdan que la reciente aparición de la variante Ómicron está creando “gran preocupación”, ya que podría ser, como anteriores variantes (la británica o la delta) la mayoritaria.
“Este futuro, que casi podemos afirmar que será una certeza según evidencias anteriores, conllevará una pérdida de eficacia de la vacunación con las dramáticas consecuencias que llevamos experimentando desde que comenzó la pandemia, como un mayor aumento de la presión hospitalaria, que en los casos más graves resultará en un incremento de la mortalidad asociada a la Covid-19”, advierten en el escrito.
Los rastreadores apuntan que la situación actual en Cantabria “no invita al optimismo”, ya que a este variante se le suma un rápido aumento de casos confirmados, así como de ingresos hospitalarios, con cifras diarias “que nos recuerdan a la quinta ola”.
Y añaden que estos indicadores, junto con otros, establecidos por la OMS, como el índice de positividad de las PCR tramitadas desde su Unidad que roza el 5% y la capacidad de contagio de cada caso confirmado cercana a 2, reflejan que “estamos muy cerca de ver como la pandemia vuelve, otra vez, a estar fuera de control”.
La situación, auguran, empeorará durante el mes de diciembre, por la mayor movilidad del Puente de la Constitución y las fechas navideñas, lo que unido a la falta de restricciones “conllevará un drástico aumento de los contagios de coronavirus”
Según señalan los rastreadores, “ante esta falta de restricciones, la prevención primaria, esto es, un estudio y seguimiento de casos y contactos, se muestra como una herramienta imprescindible para intentar mitigar los efectos de la sexta ola”.
Por eso, aseguran, no entienden la decisión de reducir la plantilla de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica (conocida como de rastreadores): “consideramos esta decisión precipitada y que priva a la ciudadanía de Cantabria de un servicio público, necesario y de calidad en un momento crítico”.
Y reivindican que se trata de una unidad “que ha recibido elogios de varios organismos internacionales, como la OMS, por su eficacia y calidad en el trabajo en el control de la pandemia”, así como que «la herramienta del rastreo es eficaz y su uso está bien planteado».
“El prescindir de profesionales válidos, formados y comprometidos con su trabajo, tal y como demuestra nuestra actitud en la quinta ola, cuando nos ofrecimos a trabajar en nuestros días de descanso, o a alargar nuestras jornadas laborales sin pedir previamente, ni siquiera, la devolución del tiempo extra trabajado, lo consideramos una decisión precipitada cuyas consecuencias se extrapolarán al conjunto de la población”, lamentan.
Por eso piden al Gobierno que mantenga la unidad con los mismos integrantes hasta el final de la crisis sanitaria, ya que “nuestra labor es más necesaria que nunca para garantizar el derecho a la salud de la ciudadanía”.
Según señalan, el mes pasado el Gobierno presentó unos presupuestos de los que «presumía» que eran «los más altos en Sanidad de la historia de la Comunidad»- «Si la principal herramienta de lucha contra el COVID es el rastreo y este se reduce, ¿dónde se están invirtiendo estos fantásticos presupuestos?», inquieren, advirtiendo de que «nos estamos jugando mucho, a nivel económico y lo que es más importante, a nivel de salud de todos los cántabros»