Una exhibición de escalada pone en servicio el rocódromo y la nueva zona de ocio de Requejada
Una exhibición de escalada a cargo de monitores ha servido para poner en servicio en la tarde de ayer, martes, un amplio rocódromo de 30 metros de longitud, considerado uno de los más extensos de Cantabria, e inaugurar la nueva zona de ocio deportivo de Requejada.
Este rocódromo cubierto está situado aprovechando el muro medianero entre la nueva zona de ocio y el pabellón polideportivo, y forma parte de un proyecto que incluye un parque infantil con diversos aparatos, unos vestuarios para las pistas de atletismo y una pequeña cafetería con un área de terraza al aire libre.
El conjunto del proyecto ha supuesto una inversión de 640.000 euros financiada por el Ayuntamiento de Polanco.
La inauguración ha sido realizada por la alcaldesa de Polanco, Rosa Díaz Fernández, al frente de representantes de la Corporación y con la asistencia de varias decenas de vecinos, ante quienes ha anunciado que el rocódromo es el inicio de un proyecto para crear una escuela deportiva municipal de escalada.
Además, ha resaltado que esta nueva instalación era «muy demandada» por los vecinos y viene a complementar las instalaciones deportivas que ya se ubican en el entorno, entre ellas el pabellón polideportivo, el skatepark, el pumptrack y las pistas de atletismo.
También ha destacado que se trata de unos de los proyectos más importantes de esta legislatura impulsado por el equipo de gobierno del PRC, consecuencia del tercer modificado del Plan General, y cuyo diseño general de la ampliación es obra de los técnicos Ana Belén Calderón y Román González, de Iglû Estudio, autores también de la propuesta de gran parque infantil, área recreativa, aparcamiento y auditorio en Prado Infante, situada en los aledaños de la iglesia de San Pedro Advíncula.
La propuesta es que esta zona sea el nexo de unión entre diferentes colectivos en un espacio público que sirva como lugar de intercambio cultural y deportivo, y donde estrechar los vínculos vecinales en el entorno mismo del ámbito urbano. Para ello, se ha diseñado un lugar completamente abierto, accesible y flexible, donde se mezclan todo tipo de actividades, un espacio de uso común disfrutable por una amplia variedad de grupos de edad.
Así, hay dos áreas que acogen el quiosco-cafetería con terraza y los vestuarios y baños, compuestos cada uno por tres módulos trapezoidales de hormigón de 9,3×4,16×7 metros. En el caso de la cafetería, está orientada hacia la pistas deportivas, y con la solución adoptada se crea una terraza exterior para unas 30 personas en el espacio delimitado por los módulos y un salón interior para otras tantas.
Frente a ésta y cerca del parque infantil, se sitúa una de las pequeñas plazas del proyecto, una zona de merendero con mesas de picnic y bancos.
A su vez, el área de vestuarios cuenta con parking de bicicletas y una pequeña plaza para el encuentro de deportistas y desde donde se inicia un camino directo a la entrada de las pistas.
El área se completa con diversos elementos como un parque infantil central y otros juegos como bicicletas estáticas, balancines y presas de escalada.
Además, el diseño cuenta con recorridos adaptados para permitir la igualdad de accesibilidad, lo que supone la inexistencia de barreras arquitectónicas aprovechando la topografía desigual con pequeñas pendientes en la entrada al parque, desde donde se pueden acceder por dos caminos, uno directo a vestuarios y rocódromo y otro hacia cafetería y parque infantil.