El Puerto de Santander, más blindado que las fronteras con más presión migratoria
En mayo, en los peores momentos de la crisis migratoria en Ceuta, cuando Marruecos usó a migrantes como fórmula de presión por el conflicto saharaui, se contabilizaron hasta 8.000 entradas en un único día, a nado. Es el cuádruple de las del año previo, y se acerca al año récord –frente al discurso de crecimiento constante, el récord nos lleva a hace seis años, al 2015).
Más allá de esas circunstancias especiales –retratadas por Richard Zubelzu y Magda Calabrese en su próximo documental, ‘Otras lunas’–, datos oficiales del Ministerio de Migraciones detallan el volumen de personas atendidas en Ceuta y Melilla por Cruz Roja: 10.490 personas en 2016, 24.375 en 2017, 59.876 en 2018, reduciéndose a 27.028 personas en 2019).
Y en 2020 llegaron a España a través de las vallas de ambas ciudades autónomas 1.755 migrantes, frente a los más de 6.000 que se habían contabilizados un año antes. Es una cifra que se ciñe a los ‘saltos’ de la valla, por vía terrestre.
Es la frontera Sur, que además actúa como frontera más que española, sino europea: muchos de los que llegan luego buscan desplazarse a otros países de la Unión, en un fenómeno similar al que se produce, por ejemplo, en Grecia.
Desde 2019 en Ceuta y Melilla no se recurre a concertinas, las alambradas con espinas a las que ha fiado el Puerto de Santander su política de disuasión de accesos de migrantes rumbo a Reino Unido.
Las medidas de Santander se corresponden con dispositivos rechazados por el Defensor del Pueblo por su “crueldad”: ni siquiera se usan en Ceuta o Melilla, con unos accesos que se cuentan por miles y que contrastan con lo que en Santander en realidad son intentos de acceso, y no accesos consumados, al tratarse de un Puerto más de salida de mercancías y de llegada de pasajeros de Ferries o cruceros
Así, según datos difundidos periódicamente por el Puerto de Santander, en 2019 hubo en total 2.400 intentos de polizones y tan sólo en el periodo entre 2020 y 2021 se incoaron 1.050 expedientes sancionadores y se publicaron 687 propuestas de resolución.
En 2020 la cifra bajó a 1.400, intentos, de los cuales sólo resultaron exitosos el 0,5%. Es decir, 7.
Los últimos datos difundidos por el Puerto hablaban de 10 ó 15 “intentos” de acceso (intentos, no accesos consumados) diarios en mayo de 2021 y ya de una veintena, de intentos, en octubre.
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