El PRC condiciona la retirada de las concertinas del Puerto a la llegada de nuevos policías
Tras la presentación de la iniciativa parlamentaria por parte de sus socios socialistas de Gobierno para la retirada de las concertinas en el Puerto de Santander –cuya presidencia la designa el PRC–, el Partido Regionalista de Cantabria ha condicionado esta medida a la aprobación de más medios materiales y personales por parte del Gobierno central.
Así lo ha asegurado su portavoz parlamentario, Pedro Hernando, en la tertulia de EL FARADIO en ARCO FM. «Al día siguiente, a la hora siguiente», promete.
Si el presidente Miguel Ángel Revilla afirmaba este martes que al PRC no le gustan las concertinas, pero que habían pedido efectivos policiales al Gobierno central, Pedro Hernando se mostraba más directo: «en el momento en que el Ministerio ponga más guardias civiles y se dote de más medios técnicos, se quitarán».
Además, el portavoz parlamentario aseguró que las empresas consignatarias del Puerto advirtieron en su día que estaban dispuestas a irse al Puerto de Bilbao –allí también se producen estos intentos de acceso– si no se adoptaban medidas contra los accesos a las instalaciones. Esto se tradujo en refuerzos de vigilancia o en la ampliación del muro, que consiguieron una reducción de las intrusiones.
«También es un problema de legalidad». Y se refiere a las mafias que se mueven en torno a estas personas migrantes. Es algo que Hernando certifica que sucede no sólo en Santander sino en otros muchos lugares del mundo, sobre todo los muy sensibles en materia migratoria.
Sus compañeros de tertulia, Miguel Saro, concejal de Unidas por Santander, y la abogada Rosa Fernández, que pertenece al Observatorio Cántabro de los Derechos Humanos para el Sáhara, no estaban de acuerdo con ese enfoque.
Ambos citaban la palabra proporcionalidad. Es decir, hasta dónde se puede llegar en la protección de un perímetro o una frontera. Les parece que no se puede llegar hasta el extremo de poner en peligro la vida de quien seguirá intentando saltar una valla por mucho que le coloquen cuchillas.
Tanto Saro como Fernández expresaban sus dudas en cuanto a los estudios e informes que se han llevado a cabo para saber qué es exactamente lo que hace falta, cuáles son los medios necesarios para no tener que instalar un cerramiento que pueda ser altamente peligroso en contacto con la piel de un ser humano.
La propia Fernández consideraba que los medios que había antes de la colocación de las cuchillas «eran suficientes». Se plasmaba así, en el tiempo de debate, la disyuntiva entre la protección de un espacio y de su actividad económica, avalada por las cifras de 2021, frente a dejar abierto un riesgo, pero anteponiendo la salud de las personas que siguen intentando acceder a ese lugar.
Hernando subrayaba también que la retirada de estos elementos en otros lugares se ha llevado a cabo cuando se han mejorado otro tipo de medios, y no por primar, de repente, el componente humanitario sobre los demás. Y ponía el ejemplo de Ceuta y Melilla, donde las concertinas han sido retiradas por ineficaces.
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