FEVE: Crónica de una muerte anunciada
||Alejandro Hernández Rodríguez, estudiante de Geografía y Ordenación del Territorio (UC)||
FEVE, histórica red de transporte de nuestra región, se está muriendo. La desatención constante por parte de las instituciones es de tal magnitud, que en los últimos 15 años se ha perdido a más de un 30% de los usuarios.
El pasado miércoles pude ver, una vez más, la grave situación en la que se encuentra esta red. Un trayecto que se realiza de forma habitual en 30 minutos (Requejada- Santander) acabó en 2 horas y 15 minutos, impidiéndome llegar a un examen.
Pero, por insólito que pueda parecer, los retrasos continuos no son el mayor de los problemas. La desigualdad de género y la brecha social están cada vez más presentes en este medio de transporte. Basta con observar un tren a cualquier hora del día para darse cuenta de ello.
Las desigualdades sociales que nuestras generaciones pasadas vivieron, siguen presentes actualmente. Más hombres con carnet, con coche, con menor carga familiar. Las mujeres, uno de los ejes vertebradores más importantes de nuestro país, tienen por el contrario muy difícil conciliar familia con trabajo y ocio. Las cercanías cumplen, en este sentido, un papel fundamental para desempeñar de forma más “sencilla” estas actividades. Pero los que se tienen que dar cuenta de ello, no son conscientes. Resulta más fácil gobernar con palabras vacuas.
De todas las mujeres y hombres que realizan a diario los diferentes trayectos ofrecidos por este transporte tan necesario, la gran mayoría son de clase trabajadora. Personas que luchan día a día por sobrevivir en un contexto laboral precario. Pocas veces se encuentran personas de clase alta.
¿Acaso debe la ciudadanía acostumbrarse a esta lamentable situación? Los viajeros decimos, NO. ¿Dónde está el servicio público sostenible y la transición verde de la que tanto nos hablan? En Cantabria, desde luego que NO. ¿Ayuda está situación al medio rural? La respuesta es NO.
Los viajeros que usamos FEVE y RENFE, lo tenemos claro. No queremos quedarnos quietos. Nuestra conciencia con el medio ambiente, nuestros pueblos, la movilidad sostenible e inclusiva, es indiscutible. Por eso, hemos decidido alzar la voz y salir a las calles.
¿Escucharán nuestros dirigentes al pueblo, o seguirán construyendo tramos de carreteras para turistas y pidiendo un Ave que hoy día es inexistente?
Si tan importante es la transición verde, no tendrán problema para atender las demandas de la ciudadanía; trenes nuevos, mejora de las estaciones, transición generacional justa, precios más accesibles…..
Cada día que pasa, más cerca se está de perder la oportunidad de transformar Cantabria. No habrá mas trenes a los que subirse, y estaremos ante la crónica de una muerte anunciada.