PP, Ciudadanos y PRC han coincidido con Vox al rechazar retiras las concertinas del Puerto de Santander, anunciadas para evitar los accesos, como planteaba el PSOE, con intervenciones en las que han obviado que las intrusiones van en descenso con el resto de medidas adoptadas y que el resto de puertos recurren a otros métodos.

En lugar de por la abstención, el resto de grupos han optado directamente por el voto en contra de la propuesta socialista, asegurando que el Puerto es “la casa de tócame roque” (PP), un «coladero» (PRC) o instando al PSOE a “defender a los nuestros” (Vox).

El PSOE lamentaba que no reflejen la visión que tiene la sociedad cántabra, y ha instado a todos los partidos a que expliquen a los ciudadanos “si quieren cuchillas en las vallas o no”. “Nos preocupa que los partidos se sumen al discurso de la ultraderecha estableciendo una relación entre inmigración y delincuencia”, ha sentenciado, acusando al parlamentario de Vox de usar el “manual de buen fascista” (el diputado interpretó esa referencia a que se le llamaba directamente fascista).

La portavoz parlamentaria socialista, Noelia Cobo, ha recordado que Puertos del Estado ha provisionado plazas de policías portuarias para estas funciones.

“Podemos fortificar el Puerto, pero sólo trasladaríamos el problema a las áreas de servicio y gasolineras, ya que es en los camiones por dónde tratan de acceder”, advertían Noelia Cobo, quien llamaba la atención sobre como el propio Puerto esgrime cifras “record” y calificaba su futuro de “prometedor”.

“No negamos el problema, pero sí echamos en falta datos”, como los de multas o sanciones a empresas por las intrusiones, ha enfatizado Noelia Cobo, quien ha detallado las medidas que se adoptan en otros puertos, que no incluyen el uso de cuchillas –ni siquiera se usan en Ceuta y Melilla ya–

DE «LA CASA DE TÓCAME ROQUE» AL «DEFIENDAN A LOS NUESTROS»

El portavoz regionalista Pedro Hernando ha negado que las medidas de seguridad sean contra migrantes –son ciudadanos albaneses fundamentalmente– y ha acusado al PSOE de hacer un discurso “tremendista”. Para el PRC, se trata de un problema de cumplimiento de la legalidad, — vinculando esta a las concertinas y no a otros medios–.

“El Puerto de Santander es frontera”, ha remarcado, diciendo que por “prestigio” no se puede permitir ser un “coladero”.

Por parte del Grupo Popular, Íñigo Fernández, reprochaba al PSOE su propuesta “infantil” y que no ofreciera alternativas, acusándole de, en consecuencia, pretender que “entre todo el mundo como pedro por su casa, se embarquen y nos hundan el Puerto y perdamos las líneas”. “¿Quiere que perdamos los ferries con Inglaterra?”, le espetaba, recordando la marcha de la línea con Cork, que la propia compañía no vinculó con los accesos.

Llegó a asegurar que esto “es la casa de tócame roque y entra todo el mundo”, por contraste con el de Bilbao donde asegura que sí se toman medidas contra los accesos –el Puerto de Bilbao no tiene concertinas y el propio Puerto de Santander ha empleado otras fórmulas antes que han reducido los accesos a menos del 1%, según datos del propio Puerto–.

Desde Ciudadanos Marta García consideraba “necesario” retirar las concertinas, pero también «vital” incrementar las medidas de seguridad. Aunque ese equilibrio discursivo no fue tal: enseguida cargó contra el PSOE por su “hipocresía” y “demagogia barata” por “no buscar soluciones” al problema.

García abundaba en las relaciones entre PRC y PSOE, para inclinar la balanza de las competencias en materia de seguridad sobre Puertos del Estado, “sus compañeros de Madrid”, algo que no hacen por no sumar otro “feo” a los “desprecios” a Cantabria. Las concertinas han sido instaladas y anunciadas por el Puerto de Santander. El voto de Ciudadanos fue contra la retirada de las concertinas.

Desde el Grupo Mixto (Vox) se cargaba contra el PSOE por su “cinismo”, “falta de dignidad” y “globalismo”, , a que “no criminalicen” a las empresas del Puerto, comparando el uso de concertinas en el Puerto con las de las cárceles –puestas para evitar la salida de presos, no la entrada desde el exterior– y pidiéndoles  que “defiendan a los nuestros”.

LA MOCIÓN DEL PRC

Por otra parte, se debatía una moción sobre el mismo asunto del PRC, pero en la que se vinculaba la retirada de las concertinas a la llegada de nuevos efectivos policiales por parte del Estado, aportando el dato de 50 intrusiones recientes (el PSOE le replicaba que no distinguía si eran conseguidas o intentos, reiterando el dato de que las propias cifras que viene difundiendo el Puerto reducen los accesos consumados a un 0,5% del total de los intentos).

Esa propuesta, rechazada por el PSOE sí encontró el apoyo de los demás grupos: PP y Ciudadanos (no así de Vox, que respondió con una enmienda que no fue aceptada, lo que les llevó a abstenerse).

El PP recriminaba al PSOE que no cumplieran con su responsabilidad de controlar las fronteras, vinculando esta con la seguridad del Puerto.  Y aseguraba, negando que sea una cuestión de derechos humanos, que las concertinas «no tienen por objeto acuchillar a nadie», sino «disuadir».

Además, ante las alusiones a la «extrema derecha» y mientras le reprochaba al PSOE que descalificara al resto de partidos, cuestionaba el «giro radical» hacia la «extrema izquierda» del PSOE, que le aleja de «la mayoría social».

Así, desde Ciudadanos, Marta García urgía a medidas «menos nocivas» que las concertinas para conseguir la «salvaguarda» también de los cuerpos de seguridad.

Desde Vox aseguraron que el análisis del PRC «coincide» con su pensamiento, si bien le recriminaban «oportunismo» por sumarse ahora a «la necesidad de proteger las fronteras».

El PSOE insistía en la «confusión» en materia de competencias de seguridad, recalcando las competencias en seguridad interior que la da la Ley y la evidencia de que fue el Puerto quien instaló las concertinas. «¿Si no tiene competencias en seguridad, por qué las instala?», resumía, además de recordar el efectivo de tesorería de que dispone el propio Puerto para mejorar su seguridad.