Con los efectivos que ya existen y sin necesidad de recurrir a medios como la extensión de las concertinas, las vallas con cuchillas instaladas en parte del perímetro portuario, la Guardia Civil ya impide en estos momentos el 98% de los intentos de acceso al Puerto de Santander.

Son datos que ha facilitado en Santander la propia directora general del cuerpo, María Gámez, que asistía en Cantabria al acto de toma de posesión del coronel Antonio Orantos como nuevo jefe de la Zona de Cantabria.

El discurso oficial del Puerto de Santander y de quienes asumen sus tesis (desde el PP en el Ayuntamiento de Santander hasta el PP, el PRC o Vox en el Parlamento) habla de sus instalaciones como un “coladero” en el que “todo el mundo entra como Pedro por su casa” porque es un “campo de trabajo de las mafias», que hace que las empresas consignatarias quieran irse de Cantabria hacia otros puertos por la falta de medidas de seguridad contra los accesos de migrantes y, más en concreto, por las cuchillas.

EL CONTROL DE ACCESO «YA ESTÁ FUNCIONANDO» CON UN 98% DE ÉXITO

La realidad se empeña en desmentir ese discurso: no sólo porque las concertinas sólo están instaladas en parte del perímetro y, en consecuencia, ese panorama de “coladero” ya debería estar produciéndose; ni tampoco porque el resto de Puertos del Estado no tengan concertinas, y, por tanto, las empresas se estarían yendo a zonas en las que no existen las mismas medidas cuya ausencia aquí supuestamente les perjudica. Y ni siquiera porque en realidad las cuchillas no se usan ni en la frontera sur española, es decir, en Ceuta y Melilla, con una evidente mayor presión migratoria que el Puerto de Santander.

Es que la propia Guardia Civil detalla, con datos al máximo nivel de su máxima responsable, que “los cuerpos y fuerzas de seguridad están demostrando su efectividad” y el control de accesos “ya está funcionando”: el año pasado se produjeron más de 2.000 intentos de acceso (es habitual en la retórica pro-cuchillas dar el dato de los intentos como si fueran accesos consumados), de los que se ha frenado el 98% con los efectivos de los que ya se dispone.

Datos que ya venía dando el propio Puerto en  la información que difunde a medios, pero sin destacar en las conclusiones el avance en el control de accesos.

Además, la máxima responsable de la Guardia Civil resaltaba lo que no deja de ser una evidencia: Gámez no valoraba lo acertado o no de instalar las concertinas, señalando que es competencia de la Autoridad Portuaria. En los distintos discursos pro-cuchillas se ha tratado de vincular esta medida con competencias estatales.

En el discurso del Puerto o el PRC se ha virado en las últimas semanas del falso dilema de o concertinas o descontrol a un segundo falso dilema de o más efectivos policiales estatales o descontrol, obviando tanto otras fórmulas en materia de personal a las que recurre el propio Puerto, como policía portuaria o seguridad privada, o de otro tipo a las que recurren el resto de Puertos: videovigilancia, controles de accesos, etc.

Este discurso no lo desmontan sólo los datos de la Guardia Civil o el comportamiento del resto de Puertos en los que se producen intentos de accesos: las últimas operaciones policiales en Santander lograron evitar accesos que en todo caso trataron de hacerse en furgoneta. Es decir, los medios de los que ya se dispone volvieron a evitar unos accesos que no necesitaron saltar una valla para intentar acceder.

EMPRESAS Y PUERTO DESTACAN LOS RESULTADOS Y POSIBILIDADES DEL «COLADERO»

Aunque quizás los comportamientos que más desmienten el discurso apocalíptico del Puerto los están dando las propias empresas que operan allí o, paradójicamente, la misma Autoridad Portuaria e instituciones cántabras.

Por un lado, esta misma semana el grupo empresarial Boluda iniciaba la construcción de una nueva terminal de contenedores, además de operar una línea, tras una inversión que rondará los 40 millones de euros. Una “apuesta de futuro”, según la empresa, con la que el Puerto logrará la “pulverización” de sus propios récords, según López Marcano, y que además “pondrá a Cantabria en el mundo” (Revilla) y para la Autoridad Portuaria generará “situaciones de oportunidad”.

Y el propio Puerto ha reivindicado en sus comunicaciones públicas tanto el “récord histórico” en mercancías logrado en 2021 como los proyectos de futuro en materia de cruceros o inversiones para este 2022 que contrastan con el “coladero” de pérdida de empresas que vienen pintando en los últimos años.

CRITICAS DESDE LA SOCIEDAD CIVIL

Colectivos como Pasaje Seguro, Amnistía Internacional, Cáritas, Izquierda Unida,Juventudes Socialistas de Santander o No Name Kitchen han mostrado en los últimos meses su desacuerdo con una medida y unos planes que ya han llegado a través de ellos al Defensor del Pueblo (que en el pasado ha calificado las concertinas en la propia Ceuta de ”crueles” e “ineficaces”), la Comisión Europea (que también ha cuestionado su efectividad) o el Consejo de Transparencia, ante las trabas a las peticiones de información que justifiquen la medida.

Esta misma semana, el diputado de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid y responsable de Antirracismo de Podemos, Serigne Mbayé criticaba el racismo que destila la medida.