El estudio, que recibe el nombre de WineGut_BrainUp, lo llevan a cabo dos investigadoras del IFCA (CSIC-UC), Miriam Cobo y Lara Lloret, junto al Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL, Madrid), el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV, La Rioja), y el Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR, La Rioja), y pretende entender el efecto de la dieta y el consumo de vino en las bacterias del intestino, y cómo influyen en el desarrollo de la enfermedad del Alzheimer.

Se trata de un enfoque integral para entender la relación entre el consumo de vino, la dieta y la modulación del microbioma en la enfermedad de Alzheimer.

El algoritmo desarrollado por las científicas y un equipo formado por Ignacio Heredia, Daniel García y Fernando Aguilar, del grupo de Computación Avanza y e-Ciencia del IFCA, es una red neuronal que se entrena con imágenes de nueve variedades de copas y vasos representativos en el mundo vinícola.

“De esta forma, al aprender los nueve tipos de copas de vino, el modelo es capaz de identificar la copa de vino y ofrece la medida del volumen que hay en ella con precisión”, explica Cobo.

Tras una primera etapa donde se utilizaron imágenes de laboratorio para el desarrollo del algoritmo, el proyecto se encuentra ahora en una fase de recogida de datos por parte de voluntarios, que pueden enviar fotografías de las copa de vino través de esta web (https://alimenta365.csic.es/). La fotografía se obtiene en el momento previo al consumo y también se les pide medir el volumen de vino de la copa.

“El algoritmo estima el volumen de vino en una copa a partir de una sola fotografía, se ha entrenado con datos sacados de imágenes tomadas en el laboratorio, y será mejorado con las imágenes de los voluntarios según vayan estando disponibles”, señala la investigadora.

En términos de precisión, el algoritmo ofrece una medida mucho más precisa del consumo que la que se puede obtener, por ejemplo, en cuestionarios dietéticos, donde solemos contestar con mayor subjetividad.

“La medida precisa del consumo de vino de los voluntarios permitirá mejorar su seguimiento en estudios dietéticos y de hábitos de consumo, y pretendemos dar solución a un problema frecuente en nutrición, donde la evaluación dietética es subjetiva y requiere mucho tiempo”, afirma Cobo.

Una vez perfeccionado el modelo se pasará a una segunda fase de la investigación donde, ya con los datos en la mano, se estudiará la relación entre la microbiota del organismo y la enfermedad del Alzheimer.