«Yo fui hostelero y quité la tragaperras porque no compensaba el beneficio económico con el efecto que provocaba la máquina»
Este martes le ha tocado el turno a Chema Torre, presidente de FAPA Cantabria, que también comparecía en nombre de CONCAPA, la confederación de padres y madres de alumnos de los centros concertados. Y también a Luis Ángel Huerta, presidente de la Asociación de Vecinos de Cazoña. La comparecencia íntegra, participación de los grupos parlamentarios incluida, se puede seguir aquí.
Precisamente en ese barrio santanderino se produjeron movilizaciones por la apertura de varios locales de juegos de azar y apuestas deportivas en 2020. Los vecinos hicieron hincapié en el daño que podían causar estos locales, que captan a personas muy jóvenes y tienen una incidencia especial en barrios muy poblados y con familias en situación de precariedad.
Esto es algo que se han encargado de recordar los comparecientes de esta jornada, así como que les parece que la Ley «llega tarde». Del mismo modo, han reconocido que se han sentido escuchados, aunque no comparten la visión de algunos grupos parlamentarios que estiman que esta nueva norma verá la luz tras un esfuerzo por encontrar un consenso con las partes más interesadas en su articulado.
Son varios los asuntos en los que han querido dejar claros sus puntos de vista, para que el texto legislativo pueda ajustarse y tener más cosas en cuenta. Una de ellas ha sido el Proyecto FES (Formación, Educación y Sensibilización), que pretende ser una herramienta de prevención para que personas jóvenes y especialmente vulnerables a las adicciones no acaben teniendo un problema de difícil solución. Sin embargo, tanto Torre como Huerta se quejan de que es un proyecto desarrollado por empresas del sector del juego, por lo que les parece «poco de fiar». Y añaden que «es como si un programa de prevención del alcohol se lo encargamos a una marca de bebida alcohólica».
Es un aspecto en el que incidieron en su turno de réplica, al encontrarse con algún argumento que decía que lo importante era el proyecto en sí. Y es que una de las expresiones asociadas a FES es la de ‘juego sostenible’, algo que a los comparecientes les parece incorrecto, porque piensan que el adjetivo sostenible no debe estar vinculado a esta práctica.
También hubo debate acerca de las sanciones a los menores que entran en un local de juego y apuestas. Torre y Huerta abogan por la protección de los menores, por lo que el castigo debería orientarse hacia el local. Y si un menor entra con un documento de identidad falsificado, pues ya se le aplicará la legislación vigente que sanciona ese delito específico. «Nos parece inaceptable sancionar a menores», ha dicho Torre. Mientras, Huerta ha pedido más regulación, más vigilancia y mayores sanciones para los locales. «Si cumplen la normativa, no tienen nada de que preocuparse», remataba.
También han puesto el acento en que se está convirtiendo en costumbre que haya locales donde convivan la comida, la bebida y las apuestas. Y han propuesto que esto pueda revertirse. Por ejemplo, acortando los permisos de las licencias. Según Torre, esto podría incidir en que hubiese una reducción de este tipo de locales. «Santander y Torrelavega ya están saturados», ha dicho.
El Anteproyecto de Ley cambia la ratio de locales que puede haber, pero sólo afecta a las ciudades de más de 150.000 habitantes, por lo que, en Cantabria, sólo Santander tendría que tenerlo en cuenta.
Otra forma de reducir la presencia de los los locales en los barrios sería ampliando la distancia a la que tienen que estar de centros educativos o lugares donde personas que sufren ludopatía acuden para realizar alguna terapia. El Anteproyecto contempla esa distancia en 500 metros, pero los comparecientes han solicitado que se amplíe a 1.000.Por tanto, se trata de tener un paisaje en las calles que no tenga tanta presencia de este tipo de sitios, y contribuir a que no se conviertan en el sitio donde los jóvenes se acostumbren a socializar. Y también que los municipios también puedan tomar decisiones en ese sentido, algo de lo que les priva el texto.
Torre ve con preocupación que la futura ley pueda permitir que los locales aumenten la cantidad de máquinas que puedan albergar. Y ha recordado que «yo fui hostelero y quité la tragaperras porque no compensaba el beneficio económico con el efecto que provocaba la máquina».
Otro aspecto en el que han querido significarse es el de la publicidad y los patrocinios de actividades relacionadas con el juego. Cree que se debe prohibir en todo tipo de eventos, y no sólo en los que estén pensados para menores de edad, como dice la normativa estatal, porque «los menores van a muchos eventos de adultos, así que la limitación debería ser muy amplia», ha señalado.
Huerta también ha hecho alusión a los datos recién presentados por la asociación Amat-Afrontando Adicciones, con sede en Torrelavega y que ha incrementado sus intervenciones relacionadas con las conductas adictivas de menores en un 20% en 2021.Y ha querido recordar también que las adicciones son algo difícil de superar y que suele dejar profundas secuelas a quien las padece. Por sus efectos en la salud mental, cree que es necesario prevenir «ante una actividad económica que no aporta nada positivo a la sociedad».