De provincia española a autonomía marroquí
En el año 1958 el Gobierno de España convirtió la colonia española del Sahara Occidental en la provincia 53 del Estado español. El Gobierno de España debía de tener noticia de que la ONU no tardaría de solicitar que se iniciara un proceso que condujera a la descolonización del territorio, que le tocó en el reparto, que los países europeos urdieron en Berlín en 1884, en cuyo lote entraba también Ifni.
Libro de familia, contratos laborales…- como españoles. Así, ¿cómo se iba a descolonizar lo que no era una colonia, sino una provincia, con procuradores saharauis en las Cortes franquistas? ¿tendría algún sentido descolonizar Cuenca o Jaén, por ejemplo? Todo ello fue una patraña para burlar el mandato de una Institución, la ONU, tan absurda, como estúpida. Todo ello una ficción, que se mantuvo hasta 1975.
En los primeros años de los 70 del siglo pasado, España debía de saber, al menos barruntar, las intenciones, poco disimuladas del reino de Marruecos, en cuanto a sus aspiraciones de apropiarse del Sahara Occidental. Así que, siguiendo con el paripé, España, en 1974, inició la confección de un censo, con el supuesto propósito de cumplir –a buenas horas mangas verdes- con el mandato de la ONU, y propiciar el preceptivo referéndum de autodeterminación, por el que el pueblo saharaui decidiría su futuro, que, por otro lado, ya se lo había decidido unilateralmente España, incorporándolo a la Nación española, como provincia, la 53. Un entramado de despropósitos, que puso de manifiesto la nula intención, por parte de España, de descolonizar el Sahara Occidental.
Quizá se confió en que Franco no iba a morir nunca, o en que, en caso de que accediera a morir, y por aquello de ser caudillo por la gracia de Dios, resucitaría a los pocos días de su muerte. Pero murió, con agonía previa, que Marruecos aprovechó para montarla, y la montó, me refiero a la Marcha Verde, que forzó la firma del ilegal Acuerdo Tripartito de Madrid, el 14 de noviembre de 1975, por el que España abandonó el Sahara Occidental, provincia española, empujada por la invasión y ocupación, por parte de Marruecos. Si España perdió Ifni en guerra contra Marruecos, el Sahara Occidental se lo arrebató en sus morros, y sin arrugarse el turbante, el rey alauita.
Éxodo de una parte del pueblo saharaui; guerra del Frente Polisario contra Marruecos; exilio en los campamentos de refugiados, en Tinduf (Argelia), es lo que siguió. Han pasado 46 años, de los cuales, en guerra 15, y 31 de infructuosa actividad diplomática, a espaldas de la legalidad internacional, por parte de los países amigos de Marruecos: EEUU, Francia, Alemania…España, que no descolonizó una colonia, sino que entregó una de sus provincias, con sus gentes, su pesca y sus fosfatos, como si hubiera entregado Valencia, por ejemplo, con sus gentes y sus naranjas, que como los fosfatos saharauis a Marruecos, también hacen competencia a las naranjas marroquíes.
Durante estos 46 años, España no ha estado del lado de los países, de escasa relevancia política internacional, que defienden el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, en cuantos foros que convocan o a los que acuden, pero sí ha mantenido, España, un falso equilibrio, eso que llaman neutralidad, entre el derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro, tal como se contiene en el Derecho Internacional, y esa envenenada autonomía, que ofrece Marruecos, bajo el terror de su soberanía. Al fin, un gobierno de España, el actual, obediente al mandato de los países amigos de Marruecos, con los que se alinea, ha firmado una vez más el abandono del pueblo saharaui, dejándolos bajo las botas de los esbirros marroquíes, que pisotean todos los derechos humanos habidos y por haber, tanto de propios, como de extraños.
Así, el Sahara Occidental, de provincia española, documentados como tales sus pobladores, a Autonomía en un estado de terror, negada su identidad cultural, y transgrediendo impunemente el Derecho Internacional.
Pero el Derecho Internacional sigue vigente en los mismos términos y, según él, España no ha dejado de ser potencia administradora del Sahara Occidental. Del mismo modo, en la Carta de la ONU no se ha borrado eso de que el Sahara Occidental es un Territorio No Autónomo Pendiente de Descolonización. O sea, que el actual gobierno de España, además de traicionar a un pueblo ha hecho el ridículo. Es lo que tiene andar con malas compañías que, además, te toman a uno por el pito del sereno. Ese uno tiene nombre: Pedro Sánchez.