Pasión por el álbum pop-up

Maleni Gil siente verdadera fascinación por el álbum ilustrado en pop-up. No hay viaje del que no regrese con algún ejemplar nuevo. Su colección es un auténtico paraíso para cualquier amante de los libros. (Foto: Ana Martín)
Tiempo de lectura: 4 min

Entrar en el salón de Maleni es como acceder a una especie de paraíso del álbum ilustrado en pop-up. Imposible calcular cuántos ejemplares puede haber. Imposible saber cuál fue el primero. Imposible no curiosear entre esas sorprendentes páginas que cuentan historias sorprendentemente ilustradas en 3D.

Algunos han sido editados en nuestro país y los ha comprado en Gil, la librería familiar en la que ha trabajado durante toda su vida, pero la gran mayoría han llegado hasta su estantería procedentes de distintos lugares del mundo. «Cuando voy de viaje siempre traigo algún tesoro. A veces los encuentro en pequeñas tiendas que aparecen callejeando, otras en librerías de referencia y también compro álbumes muy interesantes en las tiendas de los museos. Por ejemplo, el teatro de Olivia lo traje de Bolonia, en Italia, ese otro teatro vino de Guadalajara, en México, Popville lo traje de París, porque en España no había… no lo puedo remediar. Los compro porque me gustan y luego cuando los miro en casa recuerdo el día en que lo compré o dónde estaba de viaje y con quién. Eso me gusta mucho también», explica.

TODOS LOS ESTILOS, COLORES Y TAMAÑOS

Mientras hablamos, vamos sacando libros. Los hay en todos los idiomas. Algunos despliegan complejas estructuras de colores y otros elementos sencillos cargados de belleza. Los hay enormes y también pequeñitos. Algunos tienen formato tradicional y otros son objetos  que van más allá de lo que se entiende por un libro. Hay títulos que aparecen repetidos, pero en distintos formatos y en idiomas diferentes, como El topo que quería saber quién se había hecho eso encima de su cabeza, del que por lo menos hay ocho versiones distintas. Por supuesto, una en pop-up.

LOS PRIMEROS DE LA COLECCIÓN

Maleni intenta recordar cuál pudo ser el primer álbum pop up que cayó en sus manos, pero no lo tiene claro. «Tal vez alguno de casitas de los años 80; también es muy antiguo el de Sol Solets de Els Comediants que tiene las tapas metálicas; está uno de arte que compré en la Gil y que tiene en su interior incluso una cinta casette, no sabría con exactitud, llevo toda la vida con esto, es mi pasión desde niña».

Little tree. Katsumi Komagata

El hecho de dedicarse profesionalmente a  la literatura infantil y juvenil, le ha permitido viajar a ferias y cursos donde ha aprendido mucho, ha encontrado publicaciones muy especiales y ha conocido a algunos autores por los que siente fascinación y de los que ahora tiene libros dedicados, como es el caso de Un punto rojo, firmado por David A. Carter, con el que coincidió en la feria de Bolonia.

Maleni explica que antes, en nuestro país, se hacían más ediciones de álbum pop-up, aunque eran tiradas pequeñas y no solían reeditarse. Recuerda que en Gil se vendían siempre bien «no eran bestsellers, pero sí tenían aceptación», explica para añadir que ahora casi todo se edita en China y que cada vez llega menos hasta nuestras librerías. Sin embargo, en países vecinos, como es el caso de Francia, la oferta es mucho mayor. «Imagino que sacar estas tiradas al mercado tiene un coste elevado y por eso ahora se editan muy poquitos en comparación con hace unos años, aunque sigue habiendo algunos ejemplos de gran calidad, como el de Las jirafas no pueden bailar, editado por Bruño o La casa de Tomasa por Edelvives».

TRADICIÓN FAMILIAR

«He crecido entre libros. Mis padres, especialmente mi madre, eran apasionados de los cuentos. Cuando yo tenía 10 años abrieron la primera librería y yo siempre he trabajado en la sección de infantil, lo que me ha permitido seguir de cerca la evolución del libro infantil al álbum ilustrado y al pop-up, que me fascina. Es pura arquitectura en papel», explica.

Al igual que ella, su hija Elena ha crecido rodeada de libros y ahora trabaja también en la sección de literatura infantil de la librería Gil. Conoce todos los álbumes de las estanterías de la tienda y también, por supuesto, los del salón de su casa y es experta organizando talleres para que los más pequeños descubran este apasionante mundo con el que ellas disfrutan tanto. Recién llegada de Portugal, acaba de sumar a la estantería familiar un curioso álbum ilustrado con forma de sardina.

EXPOSICIÓN ÁLBUM ILUSTRADO

Actualmente algunos ejemplares de esta colección particular forman parte de la exposición ¡Toc! ¡Toc! 50 años de álbum ilustrado que se puede visitar hasta finales de abril en la Biblioteca Central de Cantabria. Casi todos los álbumes de la muestra se pueden hojear, pero éstos se exponen en vitrinas y su contenido se puede ver en detalle a través de un vídeo que se proyecta en bucle descubriendo todos los tesoros que esconden entre sus páginas.

 

 

 

 

 

 

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