«Es inadmisible que se entregue la Sareb a los fondos buitre y a nosotros nos desahucien cada día»
La Librería La Libre, en la Rampa Sotileza de Santander, es el punto de encuentro elegido para conocer el punto en que se encuentra la PAH de Santander. Gema y María forman parte de familias afectadas por la problemática de los desahucios. Y siguen constatando un acoso por parte de quienes echarles de sus casas, aún con moratoria o sentencias judiciales favorables de por medio.
Esa moratoria del Gobierno central ha servido para frenar varias situaciones, pero no las ha frenado todas, porque la potestad de decidir en casos concretos sigue en manos de la justicia. Y temen que, cuando esa moratoria deje de estar vigente, los casos se multipliquen y volvamos a una situación de alarma social.
El avance del problema en la actualidad tiene varios puntos importantes. Lo primero, a nivel social y humano. La salud mental, que en el caso de muchas familias supone un problema derivado de la pandemia y las restricciones asociadas a ella, se agrava cuando se está pendiente, a diario, de una posible decisión judicial que ponga fecha para abandonar una vivienda. Y en PAH constatan que llegan muchos casos en una situación de ese tipo.
Pero hay algo que también resulta muy preocupante, y es la entrada, cada vez más masiva, de fondos buitre. Cada vez controlan más inmuebles y son capaces de llevar a cabo prácticas de hostigamiento y humillación hacia las familias que deberían estar protegidas por su vulnerabilidad.
Desde 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria y comenzó la grave crisis financiera, los casos de familias que no podían hacer frente a los gastos de una hipoteca o un alquiler han sido demasiados, y desde la PAH se tiene la sensación de que no se ha protegido a la ciudadanía, sino a la banca. En palabras de María, «a ellos los rescatan y a nosotros nos desahucian».
Una de las cosas que más les duele es la actitud de las administraciones públicas, porque, a la hora de legislar, no se llega hasta el punto de garantizar y blindar el derecho a la vivienda, algo que aparece en la propia Constitución española. Y si los fondos siguen campando a sus anchas, las situaciones de ansiedad y desesperación todavía pueden empeorar.
Aquí se puede escuchar la conversación íntegra.