Las familias del IES Cantabria, a la espera de reuniones con la administración, advierten de que el expediente municipal de la gasolinera junto al centro está incompleto
Tras la primera concentración de protesta, en la que encontraron el apoyo de las comunidades educativas de otros centros, las familias del instituto de educación secundaria Cantabria, en La Albericia, celebraban este viernes una reunión informativa en torno al proyecto de la que sería la cuarta gasolinera en la misma calle, y esta última, con las obras ya iniciadas, pegada literalmente al centro.
Pendientes de dar el paso judicial, lo que echan en falta es documentación en el expediente municipal que se les ha facilitado y que permite reconstruir los trámites que avalaron la instalación de la gasolinera, además de seguir a la espera de respuesta a peticiones de reunión con partes de la administración autonómica como Medio Ambiente, Sanidad o Vicepresidencia, participantes en el proceso en base a informes. Con Educación ya han logrado contactar y tendrán un encuentro la próxima semana.
De la primera lectura del expediente han visto que hay partes a las que se alude de las que no se les ha adjuntado copia y que además necesitan para la demandan, por lo que los pedirán vía registro y esperan recibirlos “a la mayor brevedad posible”, según explicaba a EL FARADIO Gabriel Moreno, presidente de la asociación de madres y padres del instituto Cantabria.
También han detectado que faltan informes que debieran ser preceptivos y advierten de que algunos se han hecho en clave de impacto sobre el medio ambiente, pero no de efectos sobre la salud.
En general, perciben que, si bien el procedimiento se ha hecho de la forma adecuada, se ha “mirado para otro lado”, en el sentido de que hay informes que hubieran exigido una visita in situ al terreno con la que se hubiera comprobado el impacto sobre el centro. “Nadie ha prestado atención a que se hacía al lado de un instituto y había que ser extremadamente escrupulosos, es preocupante que no se haya hecho lo que había que hacer para velar por la seguridad”, lamenta Moreno.
Al hecho de ser la cuarta gasolinera en la misma calle se suma el hecho de que toda la zona es en la práctica un polígono industrial, con abundancia de talleres mecánicos, naves o hipermercados varios –no de compra diario, sino de los de desplazamiento en coche–, con el consiguiente tráfico que supone en torno a un instituto cuya única línea de transporte público cercana es el 6, cada media hora.
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