Victoriano Estalayo, nacido en Las Rozas de Valdearroyo y fallecido en Mauthausen a los 28 años, protagonista de una novela

'Perro rojo: de Cantabria a Mauthausen en busca de la libertad' es el titulo de la novela firmada por Fernando Rodríguez Estalayo y basada en hechos reales
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En busca de la libertad, el protagonista de esta apasionante novela, basada en hechos reales, recorre un arduo camino desde su Cantabria natal hasta el infierno de Mauthausen, pasando por la Guerra Civil española, el duro exilio en Francia, la Segunda Guerra mundial, las prisiones de los SS, el holocausto de los campos de concentración nazis.

El libro, publicado por la editorial Letra Minúscula repasa la historia de  Victoriano Estalayo, que Nació el 23/01/1913 en Las Rozas de Valdearroyo (Cantabria) Deportado a Mauthausen el 28/06/1941. Prisionero Nº 5.160 Falleció en Mauthausen / Gusen el 30/11/1941. Su sobrino, el sociólogo Fernando Rodríguez Estalayo es el autor de la investigación sobre su vida que ha dado lugar al libro ‘Perro rojo: de Cantabria a Mauthausen en busca de la libertad’.

La publicación repasa la historia de este hombre nacido en la casa familiar del pueblo campurriano de Las Rozas de Valdearroyo y que pasó su infancia y adolescencia junto a sus padres y hermanos en ese pueblo. A lo largo de los distintos capítulos, el libro va repasando como al estallar la guerra civil se incorporó voluntario en la jefatura de Milicias de Santander del Ejército de la República para comenzar una serie de peripecias que le llevaron a ser prisionero de guerra y asignado como prisionero de guerras al 21  Batallón de Trabajadores con destino en León hasta que consiguió evadirse y entregarse a las fuerzas republicanas en el sector del río Segre y conseguir distintos ascensos y cargos en el ejercito republicano, donde llegó a ser Sargento.

El autor repasa también el exilio de Victoriano en Francia, su incorporación a la Compañía de Trabajadores Españoles, donde, tras la operación militar desarrollada en Dunkerque durante la segunda guerra Mundial terminó con unos diez o doce mil españoles  trasladados a Alemania como prisioneros de guerra. Pero al negarse el Gobierno de Vichy a reconocerles como prisioneros de guerra franceses, y negarse ellos a trabajar voluntariamente para los alemanes, fueron enviados a los «campos de la muerte».

En 1941 Victoriano entraba al campo de concentración de Mauthausen: “al llegar me desnudaron, me arrebataron todo lo que llevaba conmigo -pocas cosas, unos recuerdos, unas fotos familiares-, me vistieron de presidiario -un uniforme de rayas verticales azules, blancas y grises, un casquete- y me pelaron todo el cuerpo con la máquina de cuatro ceros. Me cosieron el triángulo azul, tomaron unas notas para mi ficha. Nos hicieron formar desnudos y nos enviaron a la ducha. Nosotros recibimos agua, otros, gas letal. Así empezó la cuarentena que duró unos días”.

“Cada día, durante más de doce horas, picamos, tallamos y acarreamos las piedras. Es un trabajo inhumano que era es acompañado por los golpes y torturas a las que nos someten constantemente los kapos y los SS. Los prisioneros tenemos, que cargar sobre nuestras espaldas enormes piedras de hasta 50 kilos y subirlas por la temible escalera resbaladiza jalonada por 186 escalones muy irregulares».

Victoriano murió el 30 de noviembre de 1941 víctima del nazismo en Gusen. A los 28 años de edad

‘Perro rojo: de Cantabria a Mauthausen en busca de la libertad’ invita al lector a sumergirse en «duras páginas que muestran hasta qué cotas de iniquidad puede descender el ser humano y disfruta con sus intrigas, espías, perros adiestrados, traiciones, fugas, heridos y muerte, que no te dejarán indiferente sin distinción de bandos, creencias o tendencias políticas».

 

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