Las peticiones de una movilidad segura para los escolares también se producen fuera de las grandes ciudades

El CEIP Estela de Zurita, en Piélagos, propone iniciativas para mejorar un problema, que es la velocidad a la que circulan los coches por la puerta del centro
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El CEIP Estela de Zurita es un centro que gusta mucho de hacer cosas más allá de las paredes de las aulas. Los alumnos y alumnas están acostumbrados a salir del colegio para explorar lo que hay alrededor, ya sea el monte más cercano, o cuidar de los huertos que tienen, o ir hasta el parque de El Picón, un lugar en el que disfrutar de un ambiente tranquilo y donde pueden también comprobar la calidad del agua del río Pas, dentro del Proyecto Ríos de la Red Cambera.

Aunque sea muy importante aprender a utilizar correctamente varios idiomas, o conocer las matemáticas y la historia, la educación también se va enfocando hacia el conocimiento del medio ambiente y la necesidad de cuidar la naturaleza o intentar frenar el cambio climático.

Muy aparejado al medio ambiente están los conceptos de movilidad sostenible y de caminos escolares seguros. Aunque aquí se trata de una doble vía. Por un lado, sí, hacer de los centros urbanos lugares más respirables y amables para la ciudadanía. Por el otro, que los niños puedan hacer su camino diario hasta su centro escolar en las mayores condiciones de seguridad posibles. Y algo así también es necesario para muchos otros municipios.

El CEIP Estela de Zurita lleva tiempo poniendo el acento en esa necesidad de más seguridad para su alumnado. Su directora, Eva González, en declaraciones a EL FARADIO, reconoce que ahora se han sentido escuchados por la Consejería de Obras Públicas y por el Ayuntamiento de Piélagos.

La circunstancia concreta de este centro educativo es que está situado a la orilla de una carretera comarcal, y además es una larga recta la que hay en ese punto. Por eso, aunque la velocidad esté limitada a 50 km/h, lo normal es que los coches pasen más deprisa. Y en algunos casos, a una velocidad muy superior.

El pasado fin de semana se produjo un accidente a muy pocos metros del colegio. Un coche se estrelló en la finca siguiente, aunque sin consecuencias. Tampoco para nadie del centro, porque el accidente fue en domingo y no había nadie allí. Pero el riesgo existe y les preocupa.

La directora del colegio cuenta que han pedido la colocación de badenes en la zona concreta de la recta donde está, porque al menos se conseguiría que los coches sí circularan justo por allí a una velocidad mucho más reducida. Sin embargo, en esa carretera no se pueden colocar. Eso depende del volumen de tráfico rodado que haya, y esta CA-234 excede el límite que permitirían la colocación de esos elementos.

Otra idea que han tenido y que han pedido es instalar vallas tanto en la acera del colegio como en la de enfrente. De ese modo, cuando estén llegando los niños o cuando acaban de salir, que es quizá el momento más peligroso, no tendrían un acceso directo y fácil a la calzada. Parece que en la Consejería se muestran receptivos a esta idea.

González piensa que la señal de tráfico que marca la presencia de un centro educativo en esa carretera debería ser más visible, porque la que hay actualmente colocada pasa desapercibida para los conductores.
En cuanto a las señalizaciones, justo a la altura del CEIP Estela hay un semáforo y un paso de peatones. Pero es de los semáforos que sólo se pone en rojo cuando alguien aprieta un botón, por lo que permanece mucho tiempo en verde. Desde el colegio creen que sería mejor que fuese un semáforo que se pusiera en rojo cuando detecta que el coche que se acerca va a más velocidad de la permitida.
El centro educativo ha pedido al Ayuntamiento que haya presencia de policía local a las horas de entrada y salida. Y el tema saltó a la palestra en el Pleno municipal de este mes de mayo. Pero claro, la plantilla policial es limitada y hay más centros educativos en el municipio, con lo que no se puede estar en tantos sitios distintos cada días a la misma hora.
Para conseguir que los conductores respeten la señalización, otra manera es la de que se vigile que efectivamente la velocidad máxima permitida se cumpla. Sin embargo, hay formas y formas de conseguir esto. Y la directora del centro cree que la Guardia Civil opta por el afán recaudatorio, porque «no se ponen donde se les ve», sino que se esconden para ‘cazar’ a quienes van más deprisa de lo debido. Estar bien a la vista de los conductores es suficiente para disuadir a quien va con prisa por la carretera.
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