‘Rigoletto’, ópera en tres actos, cierra la programación del mes de mayo en el Palacio de Festivales
El Palacio de Festivales de Cantabria ha programado para esta semana en doble función ‘Rigoletto’ de Giuseppe Verdi, una ópera en tres actos y una producción de la Fundació Òpera a Catalunya que llega a la sala Argenta de la mano de la Orquesta Simfònica del Vallès.
Se trata de la cuarta propuesta de lírica de la actual temporada del Palacio de Festivales, la que ha supuesto la vuelta de este género tras más de diez años sin programación que lo incluyera y que sirve para cerrar el año de conmemoración del 30 aniversario del edificio, que se inició el 29 de abril de 2021.
El ‘Rigoletto’ que llega el próximo viernes y sábado a la sala Argenta cuenta con la dirección musical de Daniel Gil de Tejada, la dirección de escena y vestuario de Carles Ortiz y la dirección de escenografía de Jordi Galobart.
En el reparto destacan Luís Cansino como Rigoletto, Antoni Lliteres como Duca di Mantova, Elisa Vélez como Gilda o Jeroboám Tejera como Sparafucile, entre otros.
Viernes 27 y sábado 28 de mayo 2022. Sala Argenta. 19:30 h. | Ópera
‘Rigoletto’
Ópera en tres actos
Música de Giuseppe Verdi
Libreto de Francesco Maria Piave basado en ‘Le roi s’amuse’ de Víctor Hugo.
Estrenada en el Teatro La Fenice de Venecia el 11 de marzo de 1851.
Dirección musical: Daniel Gil de Tejada
Dirección de escena y vestuario: Carles Ortiz
Asistente de dirección de escena: Esteve Gorina
Diseño de escenografía: Jordi Galobart
Iluminación: Nani Valls
Vestuario: FOC
Reparto: Rigoletto, Luís Cansino | Duca di Mantova, Antoni Lliteres | Gilda, Elisa Vélez | Sparafucile, Jeroboám Tejera | Maddalena, Anna Tobella | Conte Monterone, Juan Carlos Esteve | Borsa, Nacho Guzmán | Marullo, Pau Armengol | Conte Ceprano, Joan Garcia Gomà | Contessa Ceprano, Laura Obradors | Giovanna, Anna Farrés | Paggio, Alba Boix
Orquesta Simfònica del Vallès
Coro amigos de la Ópera de Sabadell
Director coro: Daniel Gil de Tejada
Una producción de la Fundació Òpera a Catalunya – Orquesta Simfònica del Vallès
Duración: 155 min. Descansos incluidos
Acto primero
PRIMERA ESCENA
En el palacio del duque de Mantua se celebra una fiesta. El duque confiesa al cortesano Matteo Borsa que se siente atraído por una joven desconocida que desde hace meses ve en la iglesia. Por su parte, Borsa señala al duque las bellas damas que asisten a la fiesta. El duque se interesa por la condesa Ceprano y se dedica a cortejarla.
El bufón Rigoletto se burla del conde Ceprano delante de todos y sugiere al duque cómo deshacerse del marido celoso: mandarlo al exilio o matarlo. Entre todos los cortesanos deciden vengarse del bufón por sus burlas constantes. El cortesano Marullo llega con la noticia de que Rigoletto tiene una amante.
La supuesta amante de Rigoletto es en realidad Gilda, su hija, una joven ingenua y atractiva a quien el bufón mantiene escondida para protegerla de los despiadados cortesanos. Y es precisamente Gilda, la joven desconocida en la que se ha fijado el duque los últimos meses.
La fiesta se interrumpe al llegar el conde Monterone. Está desesperado porque el duque ha desvirgado a su hija. Rigoletto se burla del dolor del padre y este maldice al bufón y a los cortesanos por su depravación. El duque ordena arrestar a Monterone.
SEGUNDA ESCENA
La maldición de Monterone ha atemorizado a Rigoletto, que sale de palacio para ir a su casa recordando las frases del conde. De camino hacia casa, Rigoletto se encuentra con Sparafucile, un asesino a sueldo, que le ofrece sus servicios si nunca los necesita. Le explica que, gracias a su atractiva hermana, lleva las víctimas a su casa y allí las mata. Cuando queda solo, Rigoletto reflexiona sobre su condición, parecida a la de Sparafucile:
“¡Somos iguales! Yo con la lengua y él con la daga. Yo soy el hombre que ríe y él quien mata”.
Al llegar a casa, Rigoletto encuentra a su hija Gilda. La joven intuye que algo preocupa a su padre, de quien ignora la profesión y el nombre.
El padre reacciona con una actitud autoritaria y le ordena que solo salga de casa para ir a la iglesia, y siempre acompañada de Giovanna, la criada. Rigoletto oye un ruido y sale a la calle para ver si alguien les vigila.
El duque, que ignora que Rigoletto es el padre de Gilda, aprovecha la ocasión para entrar en casa, disfrazado de estudiante universitario pobre.
El duque se arrodilla a los pies de Gilda, mientras le declara que la ama. Ella también le confiesa su amor.
El duque se va, mientras llegan ante la casa de Rigoletto Marullo, Borsa, Ceprano y otros cortesanos dispuestos a secuestrar a Gilda para vengarse del bufón. Cuando le encuentran, le hacen creer que vienen a llevarse a la mujer del conde Ceprano, que vive en la casa de al lado.
Rigoletto se siente aliviado al saber que no vienen a buscar a su hija y acepta ayudarles. Le vendan los ojos y le obligan a sostener la escalera. El grito de Gilda pidiendo auxilio mientras se la llevan hace comprender a Rigoletto la verdad. Se arranca la venda y, desesperado, se lamenta de su suerte. Se ha cumplido la maldición de Monterone, el padre humillado.
Acto segundo
Los cortesanos llegan a palacio y explican al duque que han raptado a la que creen amante de Rigoletto y la han encerrado en una habitación. Por los detalles que le cuentan, el duque se da cuenta que se trata de Gilda y manifiesta su alegría.
Llega Rigoletto, fingiendo indiferencia ante los cortesanos, mientras intenta descubrir dónde tienen escondida a su hija. Los cortesanos se burlan de él con bromas crueles y quedan sorprendidos al saber que se trata de su hija.
El bufón les maldice y les suplica que la liberen. Los cortesanos dejan solo a Rigoletto. Gilda aparece y se lanza en brazos de su padre, que pasa de la alegría a la vergüenza cuando la joven le confiesa que ha sido forzada por el duque. Gilda pide perdón a su padre por mentirle, aunque explica que no pudo resistirse a los encantos de un joven a quien creía bueno, pobre y noble de corazón. Rigoletto perdona a su hija y jura vengarse.
Escoltado por la guardia, Monterone es conducido a prisión y lamenta que el duque viva impunemente en medio de su depravación.
Acto tercero
En las afueras de Mantua, cerca del río Mincio, Sparafucile vive en una posada con su hermana Maddalena. Rigoletto acompaña a su hija hasta la posada para que pueda ver la depravación del duque, que tiene una cita amorosa con Maddalena. A pesar de todo, Gilda sigue enamorada de él. Rigoletto ha contratado los servicios de Sparafucile para asesinar al duque.
Pero Maddalena, que también está enamorada del duque, quiere salvarle la vida. Propone a su hermano matar al primer viajero que llame a la puerta de la posada y meter el cadáver dentro del saco que entregarán a Rigoletto. Gilda, que ha oído la conversación entre los dos hermanos, se disfraza de pelegrino, decidida a sacrificarse por su amado. Cuando llama a la puerta de la posada es apuñalada.
Llega Rigoletto a recoger el cuerpo de su enemigo, el duque. Sparafucile le entrega un saco con el cadáver a cambio de una bolsa con dinero y se va.
El bufón se siente feliz, pero cuando va a lanzar el saco al río, oye la voz lejana del duque. Presintiendo lo peor, abre el saco y descubre a su hija. Ésta, antes de morir, vuelve a pedir perdón a su padre.
Rigoletto, desesperado, constata que la maldición de Monterone se ha cumplido por segunda vez.