Las pintadas que instan a ALEGA, el histórico colectivo de defensa de los derechos de las personas LGTBI en Cantabria a irse “fuera” del Centro Cultural Eureka, en la calle San Simón -el local que les sirve para reunirse, en definitiva, su casa–  mientras lanzan un “viva Vox” tapan, muy gráficamente, dos actividades de música africana (una conjunta de otros dos espacios culturales de la zona, como son el Centro Social Smolny y el Laboratorio de Identidades, otro de Lacrao, artista vinculado a Eureka), y otros carteles sobre el aula de música de la UC o un ciclo de cine con valores.

Frente a ella, el presidente de ALEGA, Regino Mateo, histórico activista ligado a este colectivo y recientemente elegido al frente en un momento con aires de nueva etapa, ironiza con la “alegría” que les ha suscitado comprobar que las pintadas no tienen falta de ortografía.

Fuera bromas, desde ALEGA muestran su “gran preocupación” por el incremento de los discursos de odio, que enmarcan dentro de una estrategia global, de Estados Unidos a Brasil, pasando por Rusia o, en Europa, Hungría y Polonia, y su traslación a España de la mano de Vox.

En este sentido, Regino Mateo recuerda como la formación de extrema derecha, al llegar al Congreso, exhibió de forma muy clara su concepción de la “guerra cultural”, situando en primer plano a los movimientos lgtbi (con esa imagen del fantasma con la bandera arcoíris, reconvertido inmediatamente, en la mejor tradición de la historia lgtbi, en ‘gaysper’).

“Somos parte de ese muro que están atacando”, describe en conversación con EL FARADIO, añadiendo que se les trata como “la primera pantalla” y advirtiendo de que “detrás de nosotros viene otra gente” y si se supera esa primera pantalla, “irán a por la segunda”.

Mateo insiste en la preocupación porque estos discursos van calando y porque en el camino del odio, se puede pasar de la pintada –que será denunciada ante la Policía- a la agresión física (un fenómeno, el de las agresiones, que no es ni mucho menos nuevo para gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y todos aquellos que luchan por la diversidad).

Así, apunta que la pintada, el aviso, se hace sabiendo que es en Eureka donde se reúne ALEGA, y sin mencionar otras actividades de esta asociación cultural.

Por eso apela a un “compromiso firme” de la sociedad cántabra, de instituciones a partidos, pasando por sindicatos u ONGs y asociaciones, y hace un llamamiento a que se “llenen las calles” en la inminente celebración del Orgullo este año (el 28 de junio, la cita reivindicativa y festiva con la que el movimiento conmemora en todo el mundo los disturbios de Stonewall, en Nueva York)

“Las calles son nuestras. Lo que sobran de verdad son los indeseables”, aseveraba en su mensaje para quienes estén comprometidos con la convivencia y contra el odio.

Asimismo, desde ALEGA defienden la importancia del trabajo en red con más movimientos sociales y colectivos, porque “juntos somos más fuertes”.

Y, tras garantizar que “no nos vamos a ir de Eureka”, ha señalado que quienes realizan estas pintadas y quienes las instigan lo hacen pensando que “somos los más débiles y los que podemos caer más fácil”, a lo que les replica –desde un movimiento como el LGTBI que acumula décadas de lucha contra discriminaciones, agresiones físicas, abusos e incluso asesinatos–: “Que lo tengan claro, no nos dan miedo, el tiempo de dar miedo pasó hace mucho”.

Finalmente, además de recordar como están inmersos en los preparativos del Orgullo –y en la actividad habitual de ALEGA en contacto con centros educativos-, en la que todas las manos son pocas, desde la asociación animan a todos los que sufran discriminación de cualquier tipo y delitos de odio a que lo denuncien.