FFW denuncia la venta de 100 armas de caza sin control desde Cantabria
La Fundación Franz Weber ha advertido este lunes sobre la proliferación de anuncios de ventas de armas de caza en conocidas páginas web de productos de segunda mano, donde cualquier persona puede contactar con los vendedores e incluso comprarlas por solo 100€ sin que parezca existir un control real sobre las transacciones.
A finales de 2021 un estudiante universitario compró una escopeta a través de uno de estos portales web y, tras probarla en un campo de tiro cercano, se dirigió al campus de Leioa de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) realizando veinticinco disparos en sus instalaciones.
Los episodios de atrincheramiento con armas de caza se han sucedido en los últimos tiempos, como el hombre que disparó e hirió a un Guardia Civil en Oleiros (A Coruña) cuando iba a ser detenido por violencia machista, en diciembre de 2020, el individuo que fue reducido por los GEO cuando llevaba cuatro horas atrincherado con una escopeta de caza en Valladolid, o el conocido asesinato de dos agentes rurales en Aspa (Lleida) por parte de un cazador en 2017.
En este sentido FFW señala que el acceso a estos anuncios no dispone de filtro previo alguno por lo que una persona menor de edad podría adquirir, de forma relativamente sencilla, un rifle o una escopeta, y recibirla sin pasar los controles pertinentes, ya que la inmensa mayoría de los anuncios no incluyen información completa sobre la persona vendedora ni documentación de las armas.
La ONG naturalista alerta que, mientras el Reglamento de Armas de 1993 especifica que los artilugios considerados de 1ª y 2ª categoría «sólo podrán ser objeto de publicidad en revistas, catálogos o folletos especializados» parece difícil considerar que estas páginas web donde se ofrecen desde prendas de ropa a electrodomésticos cumplan con este requisito de especialidad.
Así, la Fundación internacional denuncia la condescendencia institucional con estos ofrecimientos, a los que puede acceder cualquier persona, sin que se tomen medidas contundentes para restringir las transacciones de armas desde entornos digitales, donde el control por parte de las empresas propietarias es ínfimo.
La caza facilita el acceso a las armas para menores de edad
Especialistas como la psicóloga Virginia Portilla han recordado que ya existen estudios que demuestran científicamente la interrelación entre los distintos tipos de violencia, cuando un acto de maltrato hacia animales, incluso normalizado como una cacería, puede suponer un vector de violencia entre humanos.
Portilla explica que «tomar el maltrato animal a la ligera o como un acto aislado, contradice la evidencia científica que indica que una persona que maltrata animales pudo haber tenido este tipo de comportamiento desde la niñez».
Redes sociales que facilitan el exhibicionismo de la crueldad.
Las actuaciones livianas de las empresas propietarias de redes sociales, empleadas para anunciar actos de violencia e incluso plataforma de emisiones en directo de estos sucesos contra personas y animales, suponen una puerta de entrada dañina para las personas menores de edad al impacto de las armas.
En muchas ocasiones las propias normas de empleo de estas redes favorecen la publicación de contextos de maltrato animal y humano, mientras que vetan u ocultan acciones de denuncia en sentido contrario.