«No puedes dejar de hacer algo que te gusta porque a otro no le parezca adecuado»

Nicolás Nicle, alumno de ballet clásico del Centro Profesional de Danza Belín Cabrillo acaba de aprobar, con 16 años, las pruebas de acceso al Real Conservatorio Profesional de Danza Marienma de Madrid.
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Nicolás Nicle lleva bailando desde los 5 años y acaba de cumplir 16. Ha probado con todos los estilos y, finalmente, se ha decantado por el clásico. Ahora acaba de aprobar las pruebas de acceso al Real Conservatorio Profesional de Danza Marienma de Madrid, lo que anteriormente se conocía como Real Escuela Superior de Arte Dramático y Danza.

Michael Jackson fue quien despertó su admiración por el arte de mover el cuerpo al ritmo de la música. Tenía cinco años cuando su madre, viendo el interés del niño, le apuntó a la extraescolar de baile del colegio. Un año después, ya se matriculó en una escuela profesional y cuando su familia se mudó a Cuba, quiso entrar en la Escuela Nacional del Ballet de Cuba, pero era muy difícil por su situación administrativa y terminó, curiosamente, estando en el Caribe, en una compañía de flamenco. Después, ya en Santander, se pasó a una de contemporáneo y finalmente se ha decantado por el clásico.

EXCEPCIONALES CUALIDADES

Tras pasar todo el verano preparándose, en septiembre se presentó a las pruebas de acceso a enseñanzas profesionales. Un tribunal elegido por la Consejería de Educación es quien valora si el aspirante reúne las habilidades y conocimientos para matricularse en un centro autorizado donde poder cursar estos estudios. Nicolás logró una nota cercana al 10 y así es como accedió al tercer curso de esos estudios profesionales de danza que ahora acaba de superar en el Centro Profesional de Danza Belín Cabrillo, adscrito al Conservatorio Jesús de Monasterio. «Es un chico con unas cualidades excepcionales. Físicamente tiene un gran potencial, pero además es muy trabajador y aprovecha al máximo las clases», explica Belín Cabrillo, directora del centro.

No es lo más frecuente ver a un chico en una escuela de ballet clásico. Este curso, en el centro están sorprendidos, porque hay seis varones y…. unas cien chicas. «Para nosotros es un número importante. No se ha avanzado mucho en eso, estamos igual que hace 20 años, todavía cuesta mucho que vengan chicos y suele ser cuando son mayores y ya tienen claro lo de bailar», nos cuenta Cabrillo.

«PARA MÍ, NO HA SIDO DIFÍCIL»

Nicolás no parece tener demasiados problemas con lo que puedan decir a su alrededor. «Para mí, no ha sido difícil. Siepre hay gente a quién le llama la atención y hace alguna broma, pero nunca me ha afectado. Si a alguien no le gusta, pues que no se meta. El problema lo tienen ellos, no yo», afirma.

Nicolás ya ha recibido la confirmación de Madrid y el curso que viene estará allí para seguir con su formación en el Real Conservatorio Profesional de Danza Marienma. «Estoy muy contento, muy satisfecho. Me da cierto miedo separarme de mi familia y salir de mi círculo de confianza, pero siempre he sido muy autónomo y muy independiente y estoy ansioso por estar allí», cuenta.

No es la primera vez que del Centro Profesional de Danza Belín Cabrillo salen alumnos que terminan estudiando en Madrid. «Nosotros somos un centro autorizado y la titulación es la misma que en el conservatorio de Madrid. La diferencia es que allí es un centro de alto rendimiento donde pueden, después, continuar con los estudios superiores y las posibilidades de encontrar una salida profesional después, son mucho mayores», explica Belín Cabrillo, quien lamenta que en nuestro país solo exista una compañía, lo que dificulta el futuro  de quienes terminan sus estudios.

Aída Badía es una ex alumna de la  Escuela de Danza Belín Cabrillo que fue becada por la Fundación Marcelino Botín, completando su formación en el Real Conservatorio Profesional de Madrid para terminar precisamente en la Compañía Nacional de Danza, donde ha estado años. Otros alumnos del centro, ubicado en la calle Canalejas,  tuvieron que salir del país para poder trabajar como bailarines. Así, alumnos de este centro están actualmente en compañías profesionales de Londres, Estados Unidos, Holanda o México.

LA GALA

El pasado 10 de junio, Nicolás con las pruebas para irse a Madrid ya aprobadas, pero esperando la confirmación de plaza en el centro, subió al escenario de la Sala Argenta demostrando su talento sobre las tablas. Con él, sus compañeros del Centro Profesional de Danza Belín Cabrillo que celebraba su 40 aniversario con una gala en el Palacio de Festivales.

Los alumnos ofrecieron 13 números representativos de los distintos estilos que se abordan en este centro, adscrito al Conservatorio Jesús de Monasterio y único autorizado para impartir el grado profesional de danza clásica en Santander. Se pudo disfrutar del ballet clásico , pero también  de la danza moderna, contemporánea y flamenco entre otras disciplinas.

 

EL CONSEJO

Antes de despedirse, Nicolas Nicle lanza un mensaje a todos aquellos que sienten interés por el mundo de la danza: «que les de igual todo, que pasen de todo y que si tienen que prescindir de esas personas que no ven adecuada para un chico esa disciplina artística,  que lo hagan, que no dirijan su vida a un comentario. No puedes dejar de hacer algo que te gusta porque a otro no le parece adecuado».

 

 

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