Pasaje Seguro acusa al Puerto de recurrir a las concertinas contra los migrantes para ahorrar dinero en otros medios
Pasaje Seguro fue quien levantó hace meses la voz de alarma por la instalación en el Puerto de un tramo de concertinas –cuchillas– sobre la valla, con la intención de extenderlo a todo el conjunto como forma de evitar los accesos de migrantes.
A esa reivindicación se sumaron otras voces como Amnistía Internacional, Cáritas, No Name Kitchen, el colectivo Noviolencia, Izquierda Unida, Juventudes Socialistas de Santander, Unidas por Santander o el grupo parlamentario socialista, con el respaldo también de muchos ciudadanos.
Ahora que, tras meses de intensa lucha, el propio Puerto ha admitido ante el Defensor del Pueblo que las concertinas son innecesarias (porque ha habido inversión en seguridad, refuerzo policial y contratación de seguridad privada, elementos a los que recurrían otros puertos y que aquí se negaban fiándolo todo a las cuchillas, cuya extensión finalmente queda paralizada), los responsables de Pasaje Seguro recuerdan que es necesario retirar el tramo donde ya se habían colocado antes de que saltara la polémica por ampliar su instalación en otros 10 km de valla.
Desde el colectivo reconocen, en una entrevista con EL FARADIO, el «cambio de postura» en el Puerto de Santander tras recibir la comunicación del Defensor del Pueblo, y lo atributen a la «presión» ciudadana y de organizaciones sociales o políticas, que consiguió que el tema llegara al Parlamento de la mano del PSOE o al Ayuntamiento de Santander de la mano de Unidas por Santander.
EL «COLADERO»… DE DIEZ PERSONAS
Pasaje Seguro incide en que lo que pretendían los migrantes es llegar a Inglaterra, pero se «proyectó la idea de que son delincuentes a los que hay que frenar de cualquier modo», en un discurso para justificar la «salvajada» de las concertinas que es «estigmatizador» y que ha hecho que el Defensor del Pueblo afee al Puerto ese intento de «criminalización» que, añaden, «en el momento en que estamos es muy peligroso y dañino».
«Aquí se ha instalado de forma interesada la idea de que el Puerto es un coladero, que esto es la casa de tócame Roque –-expresiones literales expuestas en sede institucional por representantes del PP o el PRC que defendían la tesis portuaria pro-cuchillas– y se daban cifras de los intentos de salto, cifras altas» que se exponían de forma controlada a los medios sin ninguna estadística oficial y sin concretar cuántas veces se evitaban los accesos o cuántas intrusiones se traducían en llegadas a Reino Unido o daños económicos. Tuvo que ser la propia Guardia Civil la que precisó que se lograban evitar hasta el 98% de los accesos.
Frente a esa omisión de datos, las cifras que han ido consiguiendo Pasaje Seguro por sus propios medios, recurriendo a consultas a Transparencia, determinan que «el coladero que era el Puerto» se tradujo en 10 accesos consumados en 2020 y cifras parecidas en 2021.
EL PUERTO QUISO AHORRAR DINERO
Es decir, según señala desde Pasaje Seguro Javier González,» el problema estaba controlado por los fuerzas y cuerpos de seguridad y medidas privadas en un 99%»,aseveran-
De modo que se preguntan, ante los datos reales, «por qué hay que añadir instrumentos crueles como las concertinas?», para, a continuación, responder que en realidad lo que sucedió es que «el Puerto quería ahorrar en seguridad privada y pensó que era más interesante poner concertinas que contratar seguridad privada», —-como finalmente ha acabado haciendo–.
Desde esta organización critican que «el Puerto no puede optar por las concertinas sólo porque es más económico, por el ahorro que supone en seguridad privada o otros medios, porque eso traslada a la sociedad la imagen de que al migrante hay que tratarlo así, y eso no se puede tolerar».
Y citan las palabras del informe del Defensor del Pueblo que denunciaba la «criminalización» que la institución pública estaba haciendo de los migrantes, que suman a sus condiciones de pobreza o la insalubridad del edificio de Nueva Montaña conocido como Hotel Piojos, o el maltrato institucional.
MEDIOS «RACIONALES» VS MEDIOS «MEDIEVALES»
«El Puerto tiene derecho a intentar contener esos accesos, sólo pedimos que lo hagan con medios racionales acordes a los tiempos que vivimos. Hay alternativas: ahí está Ceuta y melilla, donde la presión migratoria no tiene nada que ver con lo que hay en el Puerto de Santander y si allí se ha podido hacer, aquí se debía de haber hecho pero no se ha hecho», sentencian.
«No tiene ningún sentido que una infraestructura modélica como presume de ser el Puerto de Santander, emplee medios medievales para contener migrantes. Lo que pedimos es que lo hagan con medios racionales acordes a los tiempos que vivimos», afirmaba entrevistado por EL FARADIO Javier González, de Pasaje Seguro.
Javier González insiste en que los migrantes albaneses que intentan llegar a Inglaterra a través del Puerto de Santander no son delincuentes, sino que «esa es la idea que desde el Puerto se quiere hacer llegar a la ciudadanía, un mensaje peligroso, dañino y falso, porque no son más que personas que intentan buscar un futuro mejor», recordando que la migración es un derecho reconocido por la ONU.
Y suman esta actitud del Puerto a otras pasadas, como la permisividad –y la justificación argumental en base a unos ingresos económicos que a su marcha no se tradujeron en un descenso en los ingresos- con el tráfico de armas rumbo a la Guerra de Yemen a través de la compañía saudí Bahri, que llegó a ser presencia frecuente en Santander tras su expulsión por las protestas ciudadanas de Bilbao –sin que el Puerto de Bilbao se fuera a la ruina–.
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