La familia del alcalde laredano que acabó en un campo de concentración se reencuentra con sus orígenes
La alcaldesa de Laredo, Rosario Losa, se reunía esta semana con la nieta de Gonzalo Salviejo, alcalde socialista, de la villa pejina perteneciente al Frente Popular, que obtuvo la victoria en los comicios electorales de febrero de 1936.
En el encuentro, Rosario Losa dio la bienvenida al municipio a Enmanuelle Le Defeut y le ha entregado un detalle protocolario en nombre de la corporación municipal laredana.
El muy activo Colectivo Memoria de Laredo ha organizado la recepción en colaboración con el Ayuntamiento de Laredo.
En la reunión estuvieron presentes, además de Enmanuelle, la alcaldesa Rosario Losa; el presidente del Colectivo Memoria de Laredo, José Pajares; y el asociado del colectivo Miguel Ángel Montes, cuyo padre, Santiago Montes Luengas, concejal de Orden Público Y Delegado de Cultura, fue compañero de corporación de Gonzalo Salviejo.
Enmanuele había conectado con el Colectivo Memoria de Laredo, a través del Archivo Municipal, recabando alguna información sobre su abuelo que partió al exilio a finales de agosto de 1937, unos días antes de la entrada de las tropas sublevadas en Laredo y sus descendientes desconocían el itinerario y las vicisitudes por las que había atravesado.
Previamente a su salida de Laredo se había producido la de su familia, encabezada por su mujer, Julia Martínez Bollada, que con sus cuatro hijos y sus padres, partieron del Puerto de Santander el 14 de julio en un carguero inglés,
tirados en las bodegas, en un viaje infernal que duraba hasta tres días. Llegaron a Saint-Nazaire, en la costa sur de la Bretaña francesa, donde tras una cuarentena fueron alojados en la pequeña localidad de Callac, donde la familia
permanecería por años.
Por su parte, Gonzalo, que partió del Puerto de Laredo junto a un importante número de laredanos repartidos en diversos barcos del Pósito (cofradía) de Pescadores llegó a Francia y, como era habitual, no siendo aceptada su estancia fueron derivados a Cataluña. Junto a un grupo de anarquistas locales, fueron acogidos en Santa Coloma de Queralt, donde su sindicato tenía organizado un ejemplar sistema de acogida.
Allí permanecieron hasta la caída de caída de Cataluña, pasando de nuevo a Francia a primeros de febrero de 1938.
Salviejo fue retenido en el campo de Argeles-sur-Mer, en las playas de la comarca del Rosellón –el mismo en el que estuvo Eulalio Ferrer-, siendo trasladado con posterioridad al campo de Bram, en el cercano departamento de Aude.
La familia avanzó acogida en el hogar de un dirigente socialista de La Bretaña y adjunto a la alcaldía de Callac, que se encargó de realizar las gestiones ante los responsables socialistas franceses para lograr la liberación de Gonzalo y elansiado reagrupamiento familiar.
Salviejo, no obstante, salió muy afectado de su estancia en los campos de refugiados, no logrando su total recuperación y pasando la familia a depender definitivamente de la madre que recuperó su antiguo oficio de costurera.
Gonzalo sólo volvió en dos ocasiones a Laredo, los dos últimos años de su vida, falleciendo en 1962.
LA VORÁGINE SE ASOMA A LA QUERELLA ARGENTINA CONTRA EL FRANQUISMO
La librería y espacio de cultura crítica La Vorágine sigue con su lucha contra el olvido a través del ciclo ‘Cine sin niebla’, que este miércoles a las 20.00 horas proyecta ‘El silencio de otros’, un
documental de Almudena Carracedo y Robert Bahar.
‘El silencio de otros’ revela la lucha silenciada de las víctimas del largo régimen del General Franco, que continúan buscando justicia hasta nuestros días.
Filmado a lo largo de seis años, la película sigue a las víctimas y los supervivientes del régimen franquista a medida que organizan la denominada «querella argentina» y confrontan un «pacto del olvido» sobre los crímenes que padecieron.
Más de un millar de denuncias en 35.000 folios incluye la megacausa de la conocida como «Querella argentina», que comenzó su recorrido hace 12 años, denominada así por iniciarse desde ese país al afectar a derechos humanos, por tanto, a jurisdicción universal.
Este proceso, con el que la justicia española no colabora en absoluto, ha sido la esperanza de cientos de víctimas del franquismo ya que, a las décadas de silencio y la ley de amnistía de la Transición, se suma la negativa de los tribunales españoles a profundizar en estos delitos y la terrible decisión en contra de los derechos humanos ante la imposibilidad de aplicar los principios de la conocida como Justicia Universal, tras la reforma legal hecha por el Partido Popular en 2014.
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