“Sin entender la impunidad del franquismo no se puede entender la actualidad”
(FOTO: La periodista Olga Rodríguez, junto a Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, en la exhumación de la fosa en Villadangos del Páramo, en León// Autoría: ARMH)
La reportera Olga Rodríguez no sólo ha sido en los últimos tiempos una voz de referencia a la hora de contarnos conflictos por todo el mundo, de Irak a Afganistán o Palestina pasando por Ciudad Juárez, sino que también se ha convertido en una voz de referencia para hablar del conflicto no cerrado que tuvimos aquí.
Décadas le costó a ella y al resto de familiares culminar, de la mano de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, la exhumación de una fosa con represaliados en Villadangos del Páramo, en León, donde se enfrentaron a todo tipo de trabas, entre ellas las que puso el propio Ayuntamiento, gobernado por el PP, cuyo alcalde y teniente de alcalde se empeñaron en someter a votación y hacer campaña por el no algo tan básico como dar reposo digno a unos muertos.
Ese someter a votación algo que en realidad son derechos humanos y que no perjudicaba a nadie es un ejemplo de que “a día de hoy no hay mecanismos institucionales que apoyen a las familias”, lo que las obliga a prácticamente “seguir mendigando” y peregrinando “de archivo en archivo”.
“Son humillaciones, situaciones de dolor añadidas, darse contra muros, para hacer algo tan básico como buscar la verdad, recuperar los huesos y darles reposo digno”, explica a EL FARADIO Olga Rodríguez, que denuncia que “a día de hoy no se garantiza en España la verdad, justicia y reparación”, que queda sometida al “azar” de unas subvenciones que no dejan de ser una “externalización” de las funciones del Estado, de la localización de la fosa y de que no se produzcan trabas por los elementos a los que les sigue incomodando la recuperación de la memoria de los represaliados, o incluso que se aborde desde una perspectiva meramente arqueológica sin incluir la reparación en forma de acto, homenaje o reconocimiento.
Por eso reclama una Oficina de Atención a las Víctimas del Franquismo, que se puede crear sin necesidad de una Ley, mientras Naciones Unidas le dice a España que tiene que “hacer más” para garantizar la verdad, justicia y reparación.
Además, el tiempo apremia: cada vez hay menos testigos de aquellos años y van falleciendo aquellos a los que el relato les llegó de primera mano por los propios protagonistas que sufrieron la represión.
La reportera incide en que al olvido general ha contribuido el silencio en colegios e institutos, lo que ha “allanado” el terreno y facilitado el discurso “equidistante” de la extrema derecha que obvia cosas que sucedieron, como que en el bando nacional sus víctimas sí recibieron esa verdad, justicia y reparación: “hubo juicios, relato de reconocimiento a las víctimas, y reparación económica”, desde pensiones a trabajos.
Frente a eso, que sí sucedió, en el otro lado siguió el recuerdo de gente a la que, por no apoyar el golpe de estado, “les sacaron de su casa” en una “limpieza ideológica” que fue “casa por casa, pueblo por pueblo”, “por ser de izquierdas, republicanos…”
Por ejemplo, hay gente que desconoce la alianza entre el franquismo y la Alemania nazi, porque cuando cayó Hitler se quemaron documentos o fotos de las calles españolas engalanadas con esvásticas, continúa.
El resultado es una “impunidad” en el franquismo sin la cual “no se puede entender la actualidad”. Se trata de “explicarnos como sociedad”, porque sin saber “difícilmente podremos entender lo que somos hoy en día”, en esta “amnesia”, que es “dañina para cualquier sociedad”.
Y que en el caso de los represaliados por el franquismo, se ha traducido en el recuerdo del “desprecio, el maltrato y la humillación”. El resultado, es que “muchas de estas familias, cientos de miles represaliados de un modo a otro, tienen la sensación de no pertenecer, de estar en los márgenes”, y “eso no ayuda la construcción de una democracia sana”.
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