Ya han pasado 31 años desde que Ucrania proclamara su independencia de la URSS. Fue una de las primeras repúblicas soviéticas en separarse de su matriz, pero después llegaron muchas más al mismo resultado. Fue un cambio histórico, y hasta esa época se remonta Alejandro López Canorea para tratar de explicar porque se está viviendo un conflicto armado en la actualidad.

Esa era la intención de ‘Ucrania. El camino hacia la guerra’, el primer libro que sale del portal ‘Descifrando la guerra’ y que López Canorea terminó de escribir nada más comenzar la invasión rusa, allá por el mes de marzo.

Sobre este libro hablará en la tarde del sábado (19:00) en el Ateneo Popular de Camargo, en la calle Concha Espina, 1, en el Local Jalapeño, en Maliaño.

En conversación con EL FARADIO, el autor refleja que hace 31 años se produjo la independencia de Ucrania y desde entonces «se van separando los caminos geopolíticos hasta que estalla la revolución del Maidan», que es el momento de tensiones internas por el rumbo que debía tomar la política exterior ucraniana, si acercarse claramente hacia la Unión Europea o volcarse en la relación con Rusia. Vladimir Putin decidió que era momento de actuar y el resultado fue la anexión de Crimea, una península fundamental para el máximo mandatario ruso.

Se había producido una verdadera ruptura social en Ucrania y Rusia vio la oportunidad de recuperar territorios que habían sido suyos hasta la caída del régimen soviético. Han pasado ocho años y ahora estamos inmersos en una operación militar más larga e intensa, que puede acabar en que Putin, pero también con un contexto diferente dentro del país que ahora sufre la invasión.

En aquel momento, como cuenta el escritor, ya hubo «sanciones sonadas para Rusia», pero ahora se han convertido en algo crucial para que haya una respuesta unida de la UE. Sin embargo, no se adivina una salida temprana de esta crisis. Para valorar las posibles soluciones que hay ahora, hay que tener en cuenta «que cada uno, Ucrania y Rusia, quiere vender una victoria hacia dentro» de sus respectivas sociedades.

La posibilidad de consenso entre las dos partes parece imposible. López Canorea ve que consensos del pasado «han saltado por los aires» y en los meses previos a la invasión se impusieron «visiones maximalistas» por ambos bandos, con lo que, o había un colapso de una de las partes o el conflicto estaba abocado a prolongarse en el tiempo. Y es que «ninguna de las partes está dispuesta a ceder territorio. Ucrania no quiere perder ni siquiera Crimea», asegura.

Las cosas no le han salido a Putin como quería. Él pretendía que cayera rápido el Gobierno de Kiev y así tener un éxito rápido y rotundo, «pero eso fracasó», certifica este analista internacional. A partir de ahí se abre una puerta a lo impredecible, justo lo que Rusia quería evitar.

Que se alargue la guerra en el tiempo dificulta que pueda reabrirse un espacio de consenso entre ambos Estados. Y dificulta también los planes de Rusia, porque le va a costar mucho más poder hacer con victorias que le resulten importantes para su proyecto. Y además, si finalmente los conquista y se los anexiona, serán territorios y ciudades donde se ha producido una destrucción «tan intensiva», que serán difíciles de gestionar, según el autor, aunque no descarta que lo puedan conseguir.

Putin parte de que su rival es un Gobierno «ilegítimo», porque está influenciado por otros actores extranjeros y no respeta a todas las etnias que viven en su territorio por igual. En su trabajo, López Canorea también subraya el tema sociológico. «En estos países hay sectores que consideran que Rusia, Ucrania y Bielorrusia son el mismo pueblo», hay familias que están repartidas entre los diferentes Estados, por lo que el daño se deja sentir de manera más profunda, más si el ejército invasor destroza infraestructuras civiles clave para la vida de un determinado lugar. Rusia utiliza lo que hay en común para abanderarse como el país que puede reunificar lo que existió hace décadas, «la vieja nación», pero las heridas pueden ser de una profundidad difícilmente reparable.

En cuanto a los trabajos de la diplomacia, López Canorea resalta que había muchas diferencias entre quienes querían llegar lo más lejos posible negociando y quienes eran «más beligerantes». Y no se trata de sentenciar que la situación actual fuese algo que Putin deseaba desde el principio. Se produjeron varias líneas de negociación y varios ultimatums antes de llegar al momento actual. Y al final, según el autor, quienes eran más proclives a invadir Ucrania fueron atrayendo al líder político ruso hacia sus posturas.

Pero aunque se escuchen y se lean muchos análisis en Europa hablando de lo mal que le han salido las cosas a Putin en este conflicto, es interesante para López Canorea tener una mirada más amplia. Las sanciones aplicadas a Putin han sido muy duras en estos últimos meses, pero «Rusia no se ha quedado aislada en absoluto». El contexto asiático y el africano, en un momento donde caben dudas sobre la durabilidad de las materias primas y quien tiene mejor controlado ese mercado, es fundamental. Y Rusia sí ha trabajado más ese aspecto, por las posturas contrarias a Putin no son unánimes en el planeta.

«Todo el mundo ha cambiado geopolíticamente con este conflicto», afirma el autor. Los intereses se mueven y, con ello, las alianzas también. Incluso en la UE, donde se ha podido ver una unidad que no ha sido muy habitual hasta ahora, aparte de decidir cerrar filas con Estados Unidos y la OTAN.

ALEJANDRO LÓPEZ

El autor, Alejandro López, es antropólogo y analista de política internacional. Desde el año 2020 forma parte del equipo de Descifrando la Guerra, medio en el que es coordinador.

A pesar de su juventud, ha participado en distintas investigaciones culturales, científicas y socioeconómicas, y se ha embarcado en viajes y expediciones por diferentes países.

Entre ellos destaca su experiencia en convivencia con pueblos indígenas en América.

Su visión y capacidad de análisis geopolítico, con especial enfoque en las redes, le han llevado a ser una voz reconocida y a que le inviten a ponencias universitarias y a distintos medios de comunicación, tanto en prensa como en radio y televisión.

DESCIFRANDO LA GUERRA

Descifrando la Guerra es un medio de comunicación digital de referencia, fundado en 2017, dedicado al seguimiento y análisis de la política internacional. Su equipo está compuesto por un grupo de historiadores, politólogos, antropólogos y periodistas especializados en el ámbito de la política. Cuentan con una comunidad de varios cientos de miles de seguidores en todas sus plataformas.