UGT y CCOO de Cantabria han convocado este viernes 7 de octubre una concentración de protesta ante la sede de la CEOE en la calle Tres de Noviembre de Santander, a partir de las 11 horas, para exigir a la patronal justicia salarial y el desbloqueo del Acuerdo de Negociación Colectiva.

La concentración se suma a las convocadas por ambos sindicatos ante las sedes de CEOE de toda España y el resto de movilizaciones promovidas por la Confederación Sindical Internacional (CSI) en todo el mundo con motivo de la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

Además, CCOO y UGT recalcan que las concentraciones de este 7 de octubre son el punto de partida de un calendario progresivo de movilizaciones incluido en su campaña «Salario o Conflicto», que tendrá como siguiente cita una manifestación por las calles de Madrid el próximo 3 de noviembre.

Los dos sindicatos reclaman a la patronal desbloquear el acuerdo de referencia nacional de la negociación colectiva y tener en cuenta las consecuencias de la inflación para aumentar los salarios en los convenios colectivos «en un momento en el que las empresas están ganando dinero y trasladando el incremento de la inflación a sus costes de producción de bienes o servicios».
UGT y CCOO reivindican con sus movilizaciones «medidas que reduzcan la brecha salarial frente a una inflación galopante que está sumiendo en la pobreza a un número cada vez mayor de trabajadores y trabajadoras».

Los dos sindicatos recuerdan que el Índice de Precios al Consumo ya aumentó tres veces más que los salarios pactados en los convenios colectivos en Cantabria el año pasado (1,97% los sueldos y un 6,5% el IPC) y que en 2022 las remuneraciones de los trabajadores y trabajadoras de la región suben seis puntos menos hasta el pasado mes de agosto (4,41% por un 10,5% los precios).

CCOO y UGT agregan que la última Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente al año 2021, precisaba que más de 31.000 trabajadores y trabajadoras de Cantabria, casi el 14% de toda la población ocupada, estaba en riesgo de pobreza y exclusión social según el indicador europeo AROPE.