Urbi et Ubre

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||por VÍCTOR GUTIÉRREZ LARRAÑAGA, de WAAHI CONCEPT||

Dado que parece indispensable para hablar del tema, empezamos poniendo los pies sobre la mesa a lo Ansar: este humilde plumilla ha mamado la ganadería desde pequeño por parte de padre, de abuelo y de bisabuelo. Podríamos seguir tirando de árbol genealógico, pero es poco probable que salga un cantante melódico. Lo han sido en Ruesga, en Trasmiera, en México e incluso en Madrid ( esto último aún no se sabe todavía porqué).

Más allá de eso, está el hecho de hablar con tu padre de vacas incluso para rellenar conversaciones. Se habla del precio de la leche, de la carne, del maíz, de los obreros que trabajan con él…para que al final él pregunte por “el mundo exterior” y cómo le va a afectar, porque el señor no pagó carrera y MBA por amor al arte.

A pesar de haber sido con diferencia el hijo que menos ha estado apegado a esa vida, el que escribe ha hecho “la mili del hij@ de ganadero” como los demás. Se inicia barriendo pasillos y dando de comer a las jatas para posteriormente pasar a tareas más chungas, como apradar hierba ( dios bendiga al que inventó la segadora que hace hileras) y ordeñar/limpiar la sala. Ha habido milis mucho más duras, como la de primo Armando o la de primo Sergio ( que será el relevo de la familia).

También se debe reconocer que servidor jamás se planteó ser ganadero. Fue una mili corta que se libró por estudios y por el propio crecimiento del negocio, pero lo suficiente para saber que esto no es “la vaca que ríe”. Servidor vivió las mejoras y las inversiones…pero lo grabado a fuego han sido la incertidumbre de una campaña de saneamiento, de tener que vaciar cuadras por epidemias, de invertir todo en cuota láctea ( y que luego unos señores de Bruselas digan alegremente: adiós cuotas),el vivir pendiente del pienso, del cielo, del sol, del jabalí, de la oruga…y todo eso para un margen del 3% de margen de la leche que se ordeña de lunes a domingo, mientras rezas para que no baje la grasa, te suban las células o se te haya escapado una gota de medicina en el tanque.

En resumen, servidor ha mamado lo suficiente para saber que ser ganadero implica ser empresario, agricultor, veterinario, mecánico, electricista y últimamente hasta youtuber. Por un 3% de margen, esto solo tiene un nombre: Vocación. Si tu padre después de trabajar 14 horas 7 días a la semana pone en la tele programas de agricultura cuando lo cuerdo es tirar la tele a un bardal… es obvio que es conveniente buscar profesiones distintas.

En el caso del ganado de carne, hay mil situaciones distintas, pero por alguna maldición inexplicable nunca cuadran las cuentas. Si eres obrero mixto ( revival de incierto futuro) ya vives con un pie dentro y uno fuera, teniendo la sensación de que tienes el hobby más caro del mundo. Pregunta a un paisano porqué sigue en esta historia de terror y te dirá lo mismo: Hay que mamarlo.

HAY QUE MAMARLO. En un sentido limpio, no deja de ser una forma de reivindicar la vocación, lo cual es acertado. Al menos, debería generar empatía con la actividad, como ha sido el caso personal, PERO tampoco olvidar que esconde la funesta percepción de que llamarlo negocio es una broma de mal gusto y de que alguien que trabaja ahí sólo puede hacerlo en condiciones aceptables heredando y con una abnegación a prueba de balas. Sin embargo, de un tiempo a esta parte también se empieza a utilizar como una forma de crear un sentimiento de pertenencia que tristemente empieza a ser excluyente. ¿Las razones de esa exclusión? podríamos hacer un ensayo de 20 hojas al respecto, pero por ser sintéticos afirmamos que tales razones son espurias… Politiqueo y mantenimiento de cuotas de poder, básicamente usando enemigos reales o ficticios.

Esto último no es una pasada de frenada de servidor, sino más bien la constatación del hecho cada vez más evidente de que, ante la incapaz de cambiar las cosas por falta de capacidad o voluntad ( o ambas), lo único posible por parte tanto de las esferas políticas, donde colocaremos a la administración y partidos políticos, como de las estructuras sociales creadas creadas por los propios ganaderos, llámese sindicatos agrarios y cooperativas, es intentar acaudillar a un mundo agonizante que por otra parte es tremendamente heterogéneo en sus intereses. Traduciendo, dado que sólo queda esperar lo inevitable, tenemos a cada organización y órgano político intentando ser el viudo o viuda del futuro fiambre, queriendo ser el que le vela en sus últimos días y esperando después aparecer en el testamento ( en forma de votos u otros beneficios).

Ejemplo práctico de lo relatado se vivió el otro día, en pleno Parlamento y con repercusión nacional. Se usó la frase “ hay que mamarlo” en sentido nutricional- identitario, se usó de forma polisémica sexual-vejatoria-arribista-machista a una rival y se remató haciendo una no muy actual distinción sexual de las festividades rurales ( damas al mercado, caballeros a la feria).

De antemano, por caridad cristiana, es mejor pensar que simplemente dijo lo que pensó sin pensar lo que dijo. A partir de ahí, no hace falta ni mencionar que semejante burrada no se dice sin querer erigirse en el único defensor. Que esto es el comienzo de muchas más declaraciones altisonantes que saldrán en los próximos meses es obvio y que esto es sólo el calentamiento ni cotiza. No es cuestión de que servidor sea adivino, es que ha visto el calendario y hay una carretada de elecciones.

Mientras tanto, una vaca que da menos de 25 litros deberá ser sacrificada porque no se paga su alimento. Entre golpes de pecho y becerradas de supuestos salvadores, los ganaderos tendrán que dejar de cebar porque el precio del pienso será insostenible.

Mientras el concierto de plañideras oposita a viuda con derechos por el futuro fiambre, los fondos de pensiones privados llevarán especulados aún más de los 40000 millones de euros sólo este año en materias primas básicas para el ganadero como el Maíz y la Soja ( Spoiler 1: no lo hacen para que baje el precio).

Mientras se visita al mercado o feria para ser más campechano que el rival, veremos como la factura eléctrica, los suministros y las cadenas de distribución van a pegar buenas dentelladas a los márgenes ya de por sí exiguos de las explotaciones ( es el mercado amigo, donde todos los días son feria).

Para rizar el rizo, seguiremos con la deshonra de ver a señores y señoras que han tenido que hipotecar su vida por este negocio echarse en brazos de abogados financiados por fondos de inversión que buscan el último pelotazo en la demanda colectiva del fraude de las grandes lácteas ( es el mercado, amigo…como siempre).

La reflexión y moraleja de uno que “ha mamado” el mundo ganadero y mantiene un mínimo de lucidez es muy sencilla: dos veces preguntó el servidor sobre si había que currar en el negocio familiar y las dos veces el patriarca respondió lo mismo: no te entierres en vida. Sin embargo, jamás le hubieran permitido ni el padre ni la madre del que escribe hacer apología de ser un ignorante, un borrego y un maleducado…que para eso no se partieron el lomo.

Dicho esto, no puede uno evitar la macarrada de doblar la apuesta del señor diputado y demás opositores a portavoces del agro y darle una bendición “Urbi et Ubre” tirando de polisemia para afirmar que, obviamente sabiendo que “el que no llora no mama”, está claro que este tema va sobre unos mamadores buscando mamandurria y que para ello se han puesto a decir mamadas. Sin embargo, hay cosas que es mejor no decir ni mamado salvo que seas un poco mamón, así que como dice la jefa la mexicana: NO MAMES WEY.

El anteúltimo mohicano ( mi padre, el último probablemente sea mi primo) sigue con 72 años levantándose para ponerse el buzo de 6:00 a 13:00 y de 17:00 a 20:00 ¿Qué decimos los hijos? honestamente, que a estas alturas del partido puede hacer lo que quiera siempre y cuando no muera en el calce.

La esposa, la que le paraba los pies e incluso riñendo al médico porque no le decía que trabajara menos, ya no está en este mundo. Eso es lo que en verdad enerva, que hacer una afirmación machista en el mundo ganadero es una chorrada, ya que sin ellas esto no duraría dos días. La que no necesita ser socia/ayudar en la cuadra ( como mi tía Mari Angeles o mi tía Conchi con las cuentas) debe trabajar en otra cosa para cuadrar la época de vacas flacas( como esporádicamente tuvo que hacer mi madre en la fábrica). En el mejor de los casos, debe aguantar el hecho de que su príncipe azul haya escogido esta vocación…y lo de azul va por el buzo, obviamente.

Que las vacas viven mejor que muchas familias de ganaderos es una regla no escrita pero nunca quebrantada. De tal manera, hay ganaderas a tiempo parcial o completo, hay ganaderas fabricantes/comerciantes, hay ganaderas hosteleras, hay ganaderas instagramers etc.

En definitiva, la mujer rural como ha sido siempre…madre/multiherramienta/diosa hindú/loquehagafalta. A falta de sociólogos, mi tía Mari Angeles lo lleva defendiendo hace años con formas mejorables pero elocuentes: Las mujeres ganaderas tenemos más huevos. Es probable que el señor diputado no vaya a pasar por Ancillo a explicarle sus declaraciones del lunes.

 

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