La leche que he mamao
Está como de tormenta…es como si le estuviera oyendo. Como quien nombra lo obvio cuando lo obvio es invisible para el resto. Como nombrar el verde de la hierba cuando se ensila, o el blanco de la leche tras el ordeño. O el amarillo caduco de la hoja en el otoño. O a este viento sur “de los infiernos”.
Me caguen la leche que has mamao ¿Es que no ves que está de tormenta”?. Si no quieres agarrarte una buena mojadura yo que tú saldría pitando para el prao a por las vacas. Yo miraba el cielo raso, sin apenas una nube en el horizonte, en ninguno de los horizontes y me decía para mí: este ya chochea ¿Qué va a estar de tormenta si aún pica el sol que no veas? Y seguía a lo mío.
Cazar renacuajos no es tan fácil como podría parecer, además no todos los bebederos son iguales. Ahora ya no quedan apenas, pero recuerdo que no hace mucho los había en cada barrio del pueblo, que yo recuerde. Hacían su labor no te creas; cuando hay que llevar las vacas de un lado al otro. Encima con esta seca, los pobres animales moscan mucho antes y no ven la hora de volver a la cuadra. Por el camino las colas se entretienen en su particular coreografía de latigazos a un lado y al otro intentando espantar las moscas. Cuando dan a un lado las muy cucas se ponen en el otro y así durante todo el trayecto. Al llegar al bebedero todas se abalanzan como tuaregs del desierto al encontrar un oasis y, mientras beben, nos permiten parlar un rato a vecinos que de no ser por esa peregrinación cotidiana, probablemente no coincidiríamos.
No era cuestión de hablar mucho, pero comentar lo típico si que daba cierto respiro a esas tardes de soliloquios entre el sonido de las castañas al caer, el viento y los bramidos mezclados con el perro que trae de vuelta a la vaca que se “despista”. Entre el campo y la nada:
Este año, parece que nos hubiera mirado un tuerto le oigo decir a mi vecina. Mira que yo lo he mamado desde pequeña y sé de que va esto, pero desde la pandemia yo creo que vamos de mal en peor: la guerra de Ucrania, el Putin ese y toda la tropa. Todo parece tan lejos y a la vez tan cerca. La leche la siguen pagando poco mas que hace 40 años. Y, a ver, ahora con las subidas de la luz quien es el valiente que echa a andar la ordeñadora. Todo sea que volvamos a ordeñar a mano, no si ya digo yo que… Y encima esta maldita seca. No hay nada comida en los praos. Es sacarlas a pacer y como si se pasearan. Lo mismo les daría “leer el periódico”. Se me salta la risa cuando escucho lo de “leer el periódico” porque se lo escuchaba decir a mi padre cuando me contaba historias de crío, cuando no tenían que echarse a la boca y buscaban refugio en el humor.
Y encima lo del “lobo”, parece que solo se acuerdan del lobo cuando aúlla. Porque el lobo será un problema, no digo que no, pero el problema del mundo rural, de los pueblos va mucho más allá y no oigo a nadie hablar de ello. ¿El precio de la leche? ¿la subida de los costes del pienso y la luz? ¿Los jóvenes que se han ido? ¿La falta de médicos y asistencia a nuestros mayores?. No sé yo ¿eh?. Lobo ha habido toda la vida, pero la vida desde hace mucho aquí es cada vez mas vacía.
Hace ya rato que las vacas se han ido solas, suerte que conocen el camino, me digo, porque hoy le gusta darle a la sin hueso a la vecina. Aunque la entiendo, cazar renacuajos tampoco es lo mismo que era antes. Apenas quedan bebederos. El cemento como solución para todo, junto que ya hay cada vez menos ganaderías, ha hecho que no se usen y se echen a perder o directamente les sustituyan por mas cemento para más mercadillos. Pero luego todos se van y quedamos nosotros.
Me da a mi que los renacuajos esos que tu quieres cazar han emigrado como tantos otros. Aquí ya no queda ni el tato. Pensaba que ya se había ido, pero ahí sigue con una mano en el dalle y la otra en la piedra. Qué necesidad tendrá, me digo, si tiene la “maquina” que es mucho mas fácil y además acaba antes. ¿Y para qué quiero yo acabar antes? ¿Qué prisa tengo? Me responde como si me hubiera leído el pensamiento. ¿Para meterme en casa y ver a esos parlabaratos y sus cantinelas? Prisa deberías tener tú que ya te he dicho que está de tormenta y como no espabiles te va a coger el toro. Bueno ¿Y a ti, no?, le contesto riendo. A mi,“pa lo que me queda en el convento” ya me da igual. Y de repente noto el impacto de una gota estrellarse contra mi frente. Jodido viejo, sonrío. No, si al final va a tener razón…Me dejo de renacuajos y salgo corriendo a por las vacas.