Más de 100 personas denuncian en Santander que la vivienda es un derecho que está siendo vulnerado y piden a las administraciones que “conecten” con sus vidas
Más de 100 personas se han concentrado hoya las 12:00 horas en la Plaza Porticada de Santander respondiendo a la convocatoria lanzada desde Cáritas Diocesana de Santander con motivo del Día de las Personas sin Hogar. Trabajadores, voluntarios y participantes en los distintos programas de la entidad han escenificado simbólicamente las dificultades que encuentran las personas sin hogar para salir de esa situación. De forma simultánea se han celebrado actos similares en distintas ciudades del país convocadas por las distintas Cáritas Diocesanas.
En el transcurso de la concentración, Carmen, usuaria de Cáritas Diocesana de Santander, ha leído el manifiesto elaborado por la entidad dentro de la campaña ‘Sin Cobertura’ con la que este año se quiere llamar la atención sobre las dificultades que encuentran las personas que no tienen hogar.
Un manifiesto que comenzaba con un interrogante: “¿Podríamos vivir sin conexión en una sociedad hiperconectada?”, para explicar, más adelante, que las personas en grave exclusión social viven sin conexión: “Sin conexión de los servicios públicos de la comunidad en la que viven; sin conexión de relaciones sociales, relaciones familiares; sin conexión a su salud física y mental; sin conexión de sus propios recursos personales y posibilidades; sin conexión a su propia dignidad, merecedores del derecho a la libertad, a la educación, a la cultura, a la sanidad, el trabajo, la vivienda, a construir una familia, a participar de la sociedad en la que vivimos sin conexión al Derecho a la Vida.”
Han recordado que la crisis social y de modelo de vida está golpeando a las personas más vulnerables y han llamado la atención sobre el hecho de que las personas en situación sin hogar son cada vez más jóvenes y diversas y “cada vez hay más mujeres que parten siempre de situaciones invisibles para la sociedad”.
Por todo ello, desde Cáritas piden a las administraciones y a la clase política que “conecten con las realidades de todas las personas, que conecten con la vida de las personas en situación sin hogar: que se conecten con las dificultades de intentar salir de la exclusión residencial y que apliquen políticas valientes en vivienda. Para concluir el manifiesto recordando que la vivienda es un derecho que está siendo vulnerado.”
Cáritas Diocesana de Santander ha atendido este año a 30 personas sin hogar en situación de calle
Cáritas Diocesana de Santander ha atendido en lo que va de año a 30 personas sin hogar en situación de calle a través de su programa especializado de acompañamiento.
En su mayoría, se trata de varones de entre 30 y 60 años y nacionalidad española, sin ingresos ni red familiar o social. “La mujer siempre está más invisibilizada, incluso en esta situación de calle”, explica María Eugenia Rodríguez, trabajadora social del programa de atención a Personas sin Hogar de Cáritas Diocesana de Santander.
Las personas a las que se ofreció un recurso habitacional fueron acogidas en pisos de estancia temporal, pensiones y habitaciones. Todas ellas recibieron acompañamiento, información y atención personalizada, lo que permitió su derivación a recursos específicos ajenos a la entidad en aquellos casos que se consideró oportuno. En general se trata de personas que llegan a Cáritas después de haber pasado por las distintas opciones que ofrece la administración.
“El inicio del trabajo que nosotros ofrecemos parte de un compromiso por su parte. Son personas que están cansadas de contar su historia una y otra vez. Nosotros los acompañamos a lo largo de un proceso que comienza por escuchar y gestionar la parte emocional para seguir con su integración, si procede, en distintos talleres propios de Cáritas así como su derivación tanto a nuestro servicio de empleo como a otros externos”, explica María Eugenia Rodríguez.
Cáritas Diocesana de Santander llama la atención sobre el aumento de jóvenes que están llegando a esta situación de calle, muchos nada más cumplir los 18 años, una edad en la que muchos se quedan sin cobertura, y también sobre la escasez de oferta y el incremento de los precios de pensiones y habitaciones en Santander, lo que dificulta la localización de recursos disponibles para atender estas situaciones.
También se ha detectado un problema cada vez mayor de salud mental y adicciones, que “suelen ser más consecuencia de su situación de sin hogar que origen de la misma”, añade Rodríguez.
A falta de un censo oficial de personas sin hogar en Cantabria, Cáritas recuerda que el ‘sinhogarismo’ es un problema social que no solo aglutina a las personas en situación de calle.
Por ello, el número de personas afectadas por esta realidad varía en función del grado de exclusión residencial que se tome en cuenta. De acuerdo a la Tipología Europea de Sin Hogar y Exclusión Residencial (ETHOS) hay cuatro categorías: en situación de calle, sin vivienda, vivienda insegura o vivienda inadecuada.