Izán González defiende la importancia de denunciar las agresiones LGTBIfóbicas para que no queden impunes
Izan González, coordinador del grupo trans creado recientemente en Cantabria bajo el paraguas de Alega, insiste en la importancia de denunciar las agresiones lgtbifóbicas para que no queden impunes (la última conocida, la pasada semana).
«Aunque nos pueda dar miedo o vergüenza, es necesario denunciarlo porque no se puede permitir. Esto no puede pasar», ha afirmado categórico en la entrevista realizada en El Faradio de la mañana.
El grupo trans surge impulsado por quien fuera psicosexólogo en La Cagiga, Roberto Oliver con el fin de poner en marcha un grupo que ofreciera una red de apoyo social fuera del ámbito clínico. Su línea de acción tiene dos acciones fundamentales: por una parte generar una red de apoyo entre iguales, con reuniones periódicas donde «cada uno expresa libremente sus inquietudes, miedos o trabas dentro de un clima de confianza donde cada uno se puede expresar con libertad». Por otra parte, surge también con un espíritu activista : «hay que luchar todavía mucho para que los derechos de las personas trans sean efectivos».
Según explica el coordinador del grupo, la mayor parte de las personas que llegan hasta ellos son menores, adolescentes cargados de dudas. Algunos llegan solos, otros acompañados por sus familias y también hay casos de padres que llegan en busca de información. «lo que nos trasladan es, sobre todo, una gran incertidumbre, un desconocimiento. No existe una educación en colegios e institutos y menos en quienes hoy tienen hijos adolescentes y se topan con esta situación. Es cierto que los padres que llegan hasta nosotros ya tienen una actitud de querer ayudar a sus hijos», explica Izan para resaltar la importancia de que esa educación en valores y derechos humanos se implante en las aulas.
En este sentido, Izán González denuncia el daño que los titulares sensacionalistas y las informaciones sin contrastar están haciendo. «se está generando un discurso de odio que nos afecta a nosotros como colectivo, pero está consiguiendo polarizar a la sociedad y eso lo que genera es miedo sin aportar nada positivo a nadie».
En cuanto a la situación de los menores escolarizados, llama la atención que todavía haya profesores que se nieguen a llamar a los alumnos por su nombre «a pesar de que existe una legislación que nos ampara, no se ha desarrollado un protocolo en educación que nos ampare en este sentido, aunque sabemos que se está trabajando en ello, pero hay que tener en cuenta las necesidades reales del colectivo. No podemos caer en la buena fe de las personas, porque algunos sí que harán más fácil el camino de los menores trans, pero no siempre va a ser así».
Es posible contactar con el grupo trans a través de la asociación Alega.