EL FARADIO celebra los diez años del periodismo que cuenta con un concierto de Chebú y Spanish Peasant
Hace diez años empezó algo: un acto aparentemente frío como ir al notario materializó lo que llevaba años siendo una idea, un plan, un proyecto.
Primero fue la radio, con BUENOS DÍAS CANTABRIA, y luego el periódico digital, EL FARADIO. Hoy todo con el mismo nombre, un programa de radio matinal diario en ARCO FM y un periódico digital que se marcó el reto de cambiar la agenda, es decir, de llevar a la conversación temas que habían quedado relegados sepultados por la constante maraña.
Desde entonces ha pasado de todo: nuevos proyectos y temas, una sucesión de crisis porque es que todo es ya una crisis, cierres, la apertura de la vía de la formación contra los bulos y el odio, los premios y un reto diario que es posible gracias a que hace diez años en el notario no estaban sólo los firmantes, sino que se fueron incorporando oyentes, socios, lectores. La comunidad, que enriquece con temas, que buscaba nuevos referentes, que se conoce y reconoce entre ellos, que quería unas veces un contrapeso y otra que nos obsesionáramos.
Al lío, que nos enrollamos: que el próximo domingo 20 de noviembre (si os llama la atención la fecha, buscad lo que sucedió el 26 de agosto, el día del notario) nos vamos de fiesta.
Vamos a mediodía, a partir de la una, que así podemos pasar más tiempo juntos y no nos quita de otros planes el viernes o sábado.
Vamos al New, que es un referente de la música y los conciertos en directo, con unos envidiables 30 años de vida que son un buen espejo de continuidad en el que mirarnos.
Vamos a escuchar. La música de dos bandas de referencia, protagonistas de innumerables canciones del día en el programa y con las que compartimos la pulsión por crear comunidad, por colaborar y por cuidarnos entre todos. Son Spanish Peasant y Chebú, no nos escondemos: nos encantan.
Y vamos a escucharos. Que se trata no sólo de disfrutar del concierto sino de pasar un rato juntos. De, después de un par de años malos en el que los contactos se redujeron o se hicieron más difíciles porque todo es más difícil, vernos y poder charlar, preguntarnos qué tal estamos, tararear como hemos cambiado, comentar lo que nos indigna y emociona (a veces es lo mismo), apuntarnos más cosas que cosas en esa lista de tareas que en realidad no queremos que se acabe nunca. De coger fuerzas para lo que se venga, que se podrá mejor con ello si lo hacemos de la única forma que sabemos: en comunidad.