El caso Almería protagoniza este viernes en el Congreso una jornada sobre las víctimas de la transición
El caso Almería, el asesinato de tres jóvenes que iban de Santander a Andalucía y que fueron confundidos con terroristas por la Guardia Civil, protagoniza este viernes una jornada sobre las víctimas de la transición.
En ella intervendrán familiares de las víctimas, además del colectivo de recuperación de memoria histórica Desmemoriados, protagonista de un empeño especial por recuperar la memoria de este episodio que se produjo ya en democracia, así como la directora general de Patrimonio y Memoria Histórica del Gobierno de Cantabria, Zoraida Hijosa (Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte).
La cita la organiza el Grupo Confederal Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, y podrá seguirse en directo en streaming en este enlace.
Si bien la simplificación de los períodos históricos trató de trazar un muro férreo entre dictadura y democracia con la aprobación de la Constitución del 78 como frontera, también es cierto que los procesos nunca son tan delimitados: ya hay bibliografía que apunta a la existencia de episodios de violencia política, concepto que venían utilizando desde hace décadas los historiadores.
Es a esa realidad a la que ha querido atender la recientemente aprobada por el Gobierno central Ley de Memoria Democrática, que incluía entre sus medidas la posibilidad de que un grupo de expertos valore incluir y reconocer elementos que excedan el límite de 1978. Entre ellas podría encajarse la historia del caso Almería, que evidenció la pervivencia de elementos reaccionarios en el seno de las fuerzas del orden.
PROGRAMA DE LA JORNADA
La jornada se desarrollará el viernes en el Congreso de los Diputados y arrancará a las 9.30 horas, con las intervenciones de Marina Velarde, diputada de UP-EPC-GC; y Fernando Martínez, secretario de Estado de Memoria Democrática.
Después se proyectará el documental ‘Caso Almería’, producido por la asociación Desmemoriados, con presencia en el evento de familiares de las víctimas.
A las 10.30 horas se desarrollará la mesa redonda ‘Víctimas de la transición: una tarea pendiente’, en la que participarán Manuel Ruiz García, del colectivo Olvidados por la Transición; y Francisco Mañas, familiar de una de las víctimas; y Tino Andrés, del colectivo cántabro Desmemoriados, moderados por la diputada Marina Velarde.
Posteriormente, a las 11.30 horas, una segunda mesa redonda se centrará en ‘Experiencias en políticas públicas de memoria democrática’, en la que estarán como ponentes Iñaki Pérez del Río, director general de Calidad Democrática de la Generalitat Valenciana; Jesús J.Jurado, secretario autonómico de Memoria Democrático del Gobierno balear; Jordi Rabassa, concejal de Memoria del Ayuntamiento de Barcelona; y Zoraida Hijosa, directora general de Patrimonio y Memoria Democrática del Gobierno de Cantabria (Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte), moderados por Enrique Santiago, diputado de UP-EPC-GC y secretario general del Partido Comunista.
EL CASO ALMERÍA
El 10 de mayo de 1981, tres jóvenes trabajadores de Cantabria aparecieron calcinados en una carretera de Gérgal (Almería). Habían sido detenidos dos días antes por la Guardia Civil y supuestamente confundidos con unos etarras que unos días antes habían atentado contra un teniente general, jefe de la Casa del Rey, en Madrid. Pocos días después, el Gobierno reconoció que se había tratado de un trágico error.
Los tres jóvenes salieron en coche de Cantabria y se quedaron a dormir en Madrid, el mismo día en que el general Valenzuela, jefe del Cuarto Militar del Rey, sufrió un atentado en la capital. Al día siguiente, las víctimas retomaron el viaje, pero su coche se averió y alquilaron otro vehículo en una localidad de Ciudad Real.
Una de las personas con las que coincidieron ese día mientras buscaban una solución para poder llegar hasta Almería creyó reconocerles como los tres terroristas que aparecían como presuntos autores del atentado en una imagen publicada por los medios de comunicación y se lo comunicó a la Guardia Civil, que les detuvo el día 9 en Roquetas de Mar.
El 10 de mayo aparecieron en el coche alquilado los cuerpos de los tres jóvenes «calcinados, desmembrados y con múltiples balazos». La versión oficial fue que murieron en un tiroteo tras un intento de fuga aunque las familias nunca lo creyeron.
En 1984, la familia de Mañas recibió una carta anónima y redactada a máquina por un supuesto guardia civil en la que se detallaba la implicación de 11 agentes de la Benemérita en el secuestro y asesinato de los jóvenes, entre ellos el teniente coronel Castillo Quero.
Únicamente este alto mando de la Guardia Civil, que fue el jefe del operativo en el marco del cual se detuvo a los tres jóvenes, y otros dos agentes fueron procesados y condenados por el ‘caso Almería’.
Incluso, la Guardia Civil trató de falsear hechos y eliminar indicios, la investigación y el juicio estuvieron llenos de irregularidades y amenazas, sólo tres de los once participantes cumplieron condena (mínima y luego rebajada con indultos) .
Gracias al dolor de los familiares, a la tenaz actividad de su abogado (que soportó múltiples amenazas e incluso intentos de hacer explotar su coche) y al apoyo de algunos periodistas, se pudo poner en duda la versión oficial y procesar a tres de los once guardias civiles implicados en el secuestro y asesinato de las víctimas.
Finalmente sólo esos tres procesados fueron condenados por 3 homicidios (no asesinatos): El Jefe del Operativo, Teniente Coronel Castillo Quero, a 24 años de prisión y dos de sus subordinados a 15 y 9 años de prisión, aplicando el Tribunal la circunstancia atenuante de cumplimiento del deber, como eximente incompleta, en el primer condenado, y con la circunstancia atenuante de obediencia debida, como eximente incompleta en los otros dos.
Además, cumplieron tan sólo una parte de las condenas: Castillo Quero logró el tercer grado en 1988 y salió en libertad condicional en 1992, con lo que estuvo 11 años en prisión, dos de ellos en régimen abierto. Murió libre, de muerte natural, en 1994. Gómez Torres estuvo en la cárcel 7 años y Fernández Llamas no llegó a 5 años. El cumplimiento de las penas fue en unas condiciones privilegiadas, hasta que la prensa lo destapó, recluidos en establecimientos militares.
Luis Montero, Luis Cobo y Juan Mañas fueron los tres jóvenes asesinados, en un caso que tuvo seguimiento en medios de comunicación y sobre el que existe incluso una película. En los últimos años ha logrado reconocimiento institucional, con declaraciones de apoyo en el Ayuntamiento de Santander o el Parlamento de Cantabria, así como un monumento conmemorativo en las estaciones, de Nacho Zubelzu.
SEMANA DE MEMORIA: MIRANDO AL PASADO Y FUTURO DE CAMPOO
Esta semana Desmemoriados tiene otra cita con el recuerdo, en este caso con su documental sobre los sucesos de Reinosa en 1987 (la rebelión de todo un pueblo en defensa de su modelo industrial, fuertemente reprimida y con un fallecido, Gonzalo), que se proyectará este jueves en Comisiones Obreras.
La proyección se produce justo en una semana en la que la comarca se moviliza, convocada por los sindicatos, en defensa de la industria en Campoo.
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