La Fundación Franz Weber ha pedido al Ayuntamiento de Santander «sensibilidad» para organizar una cabalgata sin animales vivos en su recorrido, después de las protestas generadas en pasadas ediciones por este asunto.

La explotación de animales como dromedarios, camellos y renos en entornos urbanos supone un menoscabo de su integridad y bienestar, al exponerlos a contextos de ruido de personas, suelos inadecuados y una música ensordecedora, como se vio en anteriores ocasiones por las calles de la ciudad.

Así la ONG naturalista lamenta que una decisión política lleve a generar una imagen negativa del municipio, ya que el debate sobre el uso de fauna silvestre en espectáculos está cada vez más posicionado a favor de la sustitución de la misma. Cada vez menos localidades incluyen seres vivos en sus cabalgatas.

Además los naturalistas han censurado la imagen distorsionada que reciben niñas, niños y adolescentes sobre los animales: Acaban normalizando que un ser vivo de latitudes tan diversas como un reno o un dromedario puedan pasear por el asfalto y aceras como algo divertido, no conociendo su sufrimiento real.

Van más allá al advertir que el impacto fue ínfimo en lo positivo y sí generó amplio rechazo social en diferentes espacios, desde la propia ciudad a las redes sociales, con lo que se refuerza una imagen nociva para el potencial turismo tanto cántabro como nacional e internacional.

FFW también reparte culpas entre el Gobierno autonómico. Si el ejecutivo de Miguel Ángel Revilla hubiera desautorizado los recorridos con los animales, en la ciudad santanderina estos no tendrían lugar, por lo que reclaman un poco de conciencia.

La organización internacional apostilla que esta posible contratación, cuyo coste para la ciudadanía está por ver, se produce en un contexto sociopolítico muy importante: Se debate en el Congreso un Proyecto de Ley de Protección de los Animales que menciona el uso de fauna en desfiles, romerías o cabalgatas.