«Son historias que yo quiero contar como periodista para mover a la gente a reflexionar sobre lo que este drama supone más allá de las cifras»
Cuando un cayuco que sale de África para llegar a Canarias pasa la isla del Hierro, solo tiene por delante 4.000 kilómetros de océano. No hay más tierra hasta El Caribe. Hacia ese mar abierto se dirigen, sin posibilidad de reconducir su ruta, las embarcaciones que durante la travesía tiene problemas: se quedan sin combustible, son arrastradas por las corrientes, se avería el motor o cualquier otro imprevisto. Y ahí avistó Salvamento Marítimo la patera en la que viajaba Aissata.
Aissata es una de las protagonistas del resportaje ‘Mamá se quedó en el mar’, con el que el cántabro José María Rodríguez, ‘Chema’ ha conseguido el IV Premio Desalambre de periodismo convocado por elDiario.es; un galardón que pretende reconocer el esfuerzo por mantener el foco en lo importante y en las historias de los más vulnerables.
Chema es delegado de la agencia EFE en Canarias, pero hasta hace 12 años trabajó en Cantabria. Un periodista muy querido por todos los que siguen, seguimos, ejerciendo la profesión en esta tierra. «He recibido cantidad de felicitaciones de compañeros cántabros», reconocía en la entrevista concedida a El Faradio de la Mañana.
HISTORIAS CON NOMBRE
La crónica premiada es el resumen de la historia de tres niños que perdieron a su madre a bordo de una patera. Tres niños de Costa de Marfil, lugar de procedencia de un gran número de madres con hijos que exponen sus vidas en la ruta que une África con Canarias a través del Atlántico. Una travesía que puede tener cientos de kilómetros y donde cualquier imprevisto o falta de escrúpulos termina cobrándose vidas humanas.
La patera en la que viajaba Aissata llevaba dos semanas a la deriva. De las 55 personas que embarcaron en Costa de Marfil, 29 perdieron la vida. Entre ellas, 7 niñas. Aissata fue la única que sobrevivió. Tenía «siete u ocho años».
A Chema le impactó esta historia y decidió tirar del hilo. Así es como supo que cuando la niña, desde el hospital, consiguió hablar por teléfono con su padre, lo que le dijo fue: «Mamá no está. Mamá se quedó en el mar». Una frase que se convirtió en el titular del ahora premiado reportaje.
El periodista cántabro localizó el centro de menores donde Aissata fue acogida al salir del hospital. La niña se había incorporado ya a las clases en el colegio. Los educadores le explicaron que ella no era la única en esa situación, que había otros dos niños que habían vivido experiencias similares y así es como el periodista conoció el caso de Seidou que, con cinco años, realizó solo la travesía. En la locura del embarque, fue separado de su madre, que viajaba en otra patera con su hermano pequeño, pero ellos tuvieron peor suerte y nunca llegaron a Canarias.
«Quise poner nombre a estos niños para que no fueran tres números más en la cuenta final de víctimas. Tiene que ser terrible ver morir a tu madre de hambre y sed en mitad del Atlántico y presenciar cómo tiran su cuerpo por la borda», explica Chema en El Faradio de la Mañana para añadir que lo que ha pretendido es lanzar un mensaje esperanzador. «Al final, estos niños salen adelante gracias a los centros de acogida de Canarias que hacen con ellos un trabajo magnífico. Quedarán cicatrices, por supuesto, pero los niños saldrán adelante. Ojalá estas historias dejen de repetirse».
El periodista asegura que otra de las razones que le movieron a escribir esta crónica era «hacer ver a la gente que detrás de esas siglas, MENA; que tanto se han denostado sobre todo por la ultraderecha, hay un niño que se llama Amina, Seidou o Aissata. Son niñas y niños. No los cosifiquemos. Llamémosles por sus nombres y apellidos, pongámosles nombre y así nos daremos cuenta de la barbaridad que estamos viviendo».
Y para quienes se cuestionan si los padres son unos irresponsables al subir a sus hijos a esas pateras, Chema tiene una pregunta: «¿Qué condiciones deja atrás esa familia para que les compense arriesgar la vida todos juntos antes que quedarse done están? Cuando lo que uno deja atrás es un invierno, ninguna otra cosa le importa».
COMPROMISO PROFESIONAL
El periodista de la Agencia EFE reconoce que las agencias viven de las noticias de última hora, pero está convencido de que este tipo de reportajes también son periodismo de agencia. «Nunca hemos dejado de contar la llegada de pateras y todo lo que ello supone, pero había llegado el momento de poner nombres y apellidos. Cada patera tiene una historia potentísima detrás. ¿Quién no quiere saber qué han pasado esas personas después de 10, 20 o 30 días en el Océano? o cómo sobrevivieron las tres únicas personas que llegaron cuando el resto murió por el camino. Son historias que yo quiero contar como periodista para que muevan a la gente a reflexionar sobre lo que este drama supone más allá de las cifras».
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