Va desde Galicia a Andalucía, pero pasa por Cantabria, y mucho, porque ‘Fariña’, que fue una serie de televisión, pero sobre todo un libro con el dudoso honor de haber sido secuestrado judicialmente, fue escrito por el periodista Nacho Carretero, y  la editorial fue Libros del KO, fundada por cántabros.

Un trabajo que hizo ver a muchos que el mito de los narcos colombianos espoleado también por la televisión no tenía nada que envidiar a lo que pasaba en las Rías Baixas y que ha inspirado a la chirigota de Santoña para una divertídisima chirigota presentada en Cádiz, destino de muchos cántabros en su día, y donde todo esto alcanza categoría de religión, con una muy buena acogida.

No es para menos: la propuesta de ‘Fariña de mis ojos’ es originalísima. Ya sobre el escenario se notan las ropas, que enseguida evocan a Sito Miñanco y todo el imaginario de ‘Fariña’, guardias civiles incluidos.

Se presentan a sí mismos como “traficantes de coplas” que viajan a Cádiz, la tacita de plata (“o plomo”), con unas letras de Eder Rey Prada, música de  José María Barranco Cabrera y dirección de Francisco José Montes Martínez, compuestas por ; en las que ya advierten de que en el Carnaval “no hay sitio para fascistas”, aluden al exrey Juan Carlos, a las reacciones fascistas ante las migraciones en el mar (“nazi en el Mediterráneo),  a Shakira y las mujeres que “ya no lloran” sino que “fracturan” (sí, con erre), en una locura que va in crescendo con referencias a las Xandungueiras y con emocionantes referencias a la Santoña, a la paternidad y a santoñeses ilustres, recibidas entre aplausos y gritos, así como de elogios en redes y medios locales.