Eugenia Tenenbaum reconoce que no deja de sorprenderse cada día con el interés que despiertan sus publicaciones sobre historia del arte, y, más específicamente, sobre la perspectiva de género aplicada al mundo del arte, que es el enfoque que ella ofrece. «Veo que hay cientos de miles de personas interesadas en la historia y el arte. Puede que antes no supieran cómo acercarse a él. Los libros son demasiado académicos y las cartelas de los museos muy escuetas. Yo creo que en redes es posible ofrecer un lenguaje y una forma de comunicar más cotidiana y cercana». Así lo afirmaba en El Faradio de la Mañana esta historiadora del arte gallega que a sus 25 años se ha convertido en una de las divulgadoras digitales con más impacto de nuestro país.

Este viernes participará en el Capricho de Gaudí, en Comillas, en ‘El Arte de Compartir’ , un proyecto que nació de una reunión de museos, profesionales y divulgadores y que celebra ahora su segunda edición reuniendo a Eugenia Tenenbaum (@eugeniatenenbaum), Clara González Freyre de Andrade (@claramore), Luis Lope de Toledo (@lopedetoledo), Carmen Corbera, del podcast El Mundo del Arte (@elmundodelartepod), y Bernardo Pajares, Comunity Manager de El Museo del Prado (@museodelprado).

Comenzó divulgando en redes uno o dos años antes de la pandemia, pero fue durante el confinamiento cuando cree que la sociedad descubrió el valor que tiene la cultura y la divulgación, al permitirnos acceder a un montón de espacios y conocimientos sin salir del domicilio. Así que en ese momento comenzó su verdadera profesionalización como divulgadora. «Tanto la historia del arte como la historia general no es tanto lo que vemos como el discurso que se ha construido a su alrededor», afirma.

Por eso, ella se replantea ese discurso. Recuerda que las dinámicas a las que nos enfrentamos ahora ya estaban presentes en el arte de los siglos XII, XVI o XIX. «Es muy interesante revisitar los museos y repensar cómo se exponen las colecciones; a través de qué narraciones y qué discursos».

Ella aporta la perspectiva de género en sus textos, ya que si bien dentro de la academia ya está introducida desde los años 70, «todavía hay muchas resistencias para que se produzca ese trasvase desde la academia a los museos, a las redes sociales o al imaginario colectivo. En lo relativo al arte se han tomado un montón de decisiones lingüísticas que eufemizan la violencia sexual contra las mujeres».

También reivindica los nombres de las mujeres que han formado parte de la historia del arte y que han estado siempre en un segundo plano. «En España somos muy afortunadas porque contamos con un montón de referentes artísticos que forman parte de nuestro patrimonio y de nuestro pasado. Muchas veces tenemos que esperar a que esas artistas sean valoradas fuera para aprender nosotros a valorarlas. Lo cierto es que la perspectiva de género es algo que tiene que estar presente en todas las políticas culturales que se aborden».

LAS MUJERES DETRÁS DE PICASSO

‘Las mujeres detrás de Picasso’ es su primer trabajo de ficción en el que reivindica a las mujeres que hicieron que Pablo se convirtiera en Picasso cuando se cumplen 50 años de la muerte del pintor.

La autora reconoce que ha sido un trabajo apasionante, pero también un proceso muy duro, «porque al final, los procesos de maltrato son múltiples y están presente en las relaciones que el tuvo con todas ellas. Es una apuesta muy arriesgada teniendo en cuenta el año en que estamos y las reticencias de muchas personas de no separar obra de artista, pero yo defiendo que es otra manera de añadir más capas de lectura a su obra».