«Cantabria es un lugar pequeño lleno de talento que tiene que aflorar, para lo que hace falta valentía y apoyo»
Este jueves toca soplar velas. Dos concretamente, que parecen pocas, pero no lo son tanto. Por supuesto que en este caso las velas son de cera de abeja o soja y no emiten ningún tipo de gas contaminante durante su combustión. Porque Waahi, que es quien está de cumpleaños, es un proyecto que valora la calidad por encima de la rapidez, en el que las manos artesanas son su seña de identidad y el comercio justo su forma de ver el negocio.
El Faradio de la Mañana ha querido participar del cumpleaños invitando a Víctor Gutiérrez al estudio para charlar con el sobre esta iniciativa, cuya parte visible es la tienda que abre cada día sus puertas en la calle Cádiz, cerca del hotel Bahía.
Victor es uno de los promotores de este proyecto que nació en el garaje de su socio, Agustín, donde comenzaron a fabricarse los primeros muebles. De ahí a la calle Alta y después a la céntrica calle Cádiz, un espacio fantástico donde, por ponerle un pero, confiesa que echa de menos el contacto con la gente de aquí. «Ferrylandia lo llamo, porque va mucha gente que está de paso por la ciudad o que viene aquí para hacer trámites, ir a consultas médicas…»
Y junto con esos muebles que fueron el germen de todo, ahora en la tienda se venden productos de otras gentes que han ido conociendo a lo largo de todo este tiempo y con las que comparten una misma filosofía. Así venden postales y posters de Quima, cosmética ecológica de Banbu, los bolsos que Laura confecciona en Liébana de forma artesanal bajo la marca miga , y también de la marca Nordeste, fabricados aquí mismo, en Santander, junto con otras marcas nacionales. «Waahi significa espacio y eso es lo que compartimos. Ellos nos ayudan a ampliar nuestra oferta y nosotros les facilitamos un punto de venta en el centro de la ciudad».
Por eso Víctor reconoce que en el plano personal, estos dos años han sido muy enriquecedores. «Demuestra que otros proyectos son posibles, es una cuestión de marcos mentales Hay dos formas de ver la realidad: pueblo chico, infierno grande o como un lugar pequeño que tiene mucho talento que tiene que aflorar, para lo que hace falta valentía y apoyo. Ahora todos nos estamos apoyando».
Entre sus satisfacciones cita también el hecho de poder trabajar en un proyecto que le gusta, que es sustentable económicamente, donde el impacto es directo. Algo totalmente alejado de su vida anterior como consultor de una empresa multinacional en México. «Para mí es muy bonito tener un proyecto en mi tierra».
Así que frente a los megaprocesos de superindustrialización, Waahi pone en valor sus muebles hechos artesanalmente, con una calidad extraordinaria, con materiales sostenibles, hechos para durar y personalizados, pues muchas veces el cliente puede decidir lo que quiere realmente: «el color, las medidas, la madera… todo se puede elegir, eso es parte de nuestra propuesta de valor que nos diferencia de esas grandes marcas que invaden el mercado».
Celebrado el segundo cumpleaños, Waahi se plantea «sobrevivir un día más». Víctor es consciente de que han nacido en un momento complicado, en plena pandemia y durante este tiempo han salido del garaje, se han instalado en la calle alta y ahora están en el centro, tienen su página web
No se aventura a predecir qué pasará en el futuro, pero tal y como están las cosas, no descarta otro modelo que tal vez pase por el alquiler y no tanto la compra. «Vivimos un proceso de pauperización de las clases medias. Igual nuestras generaciones ya no van a tener casa propia y tendremos que adaptarnos a ese estilo de vida. Igual tengo que alquilar muebles en vez de comprarlos…»
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